domingo, 27 de septiembre de 2009

Folleto 2

Estructura básica antropológica y psicológica de la persona humana (1ª parte).

La primera pregunta que nos hacemos es qué es el hombre. Vamos a examinarlo bajo distintos puntos de vista. El hombre es un compuesto de tres tendencias:


Perdiéndonos en la noche de los tiempos y sintetizando mucho, la evolución ha ido transformando al hombre a través de estas tres etapas. Etapas que originan tres tipos de programas, de tendencias que tenemos insertadas en nuestro cerebro.


Todas las noches usted se acuesta con un cocodrilo (un reptil), un perro (un mamífero) y un hombre con la capacidad de pensar. Y usted siente y tiene impulsos que corresponde a estros tres “programas”.

La última, la más evolucionada, el poder de pensar, tiene la capacidad de dirigir las otras inferiores e integrarlas en la dirección de la consciencia.

Usted tiene programas básicos de comer, beber, dormir, relaciones sexuales, etc, igual que un reptil. (Por supuesto, de una forma más compleja)

Usted tiene programas básicos de sentir emociones (contento, triste, enfadado, etc.), como un mamífero. (Por supuesto, de una forma más compleja)

Posteriormente ha desarrollado un programa de “Homo”, de hombre, donde la diferencia fundamental con las etapas anteriores es la capacidad de autoconciencia, de autorregulación, autocontrol, pensar, examinar distintas alternativas y elegir entre ellas la mejor; de decir no; y que puede dirigir a los programas inferiores.

Estos programas a veces, interfieren entre sí, ocasionándonos muchos problemas (¿Mito del Pecado Original?)

Programas que eran vitales para la supervivencia hace miles de años, hoy se han quedado obsoletos, pero siguen influyendo en nosotros. Por ejemplo, el programa ancestral del macho de dejar embarazada a todas las hembras posibles. O las hembras de quedarse embarazada. Esencial hace miles de años, hoy está obsoleto; pero lo sentimos gritando en nuestro interior. La aparición de la consciencia lo puede controlar. Por lo tanto, ya podemos esbozar la primera definición de “ego” (que recordamos, no es la de Freud)

El “ego” es una tendencia muy fuerte, inscrita como programa en nuestro cerebro, a guiarnos exclusivamente por las etapas inferiores de nuestra estructura y no por la integración de estos programas en uno superior

Profundizando un poco más, el hombre está constituido por la siguiente estructura:


El nivel básico: la materia, el cuerpo. Todo lo orgánico: Corazón, pulmones, manos, piernas, etc.

El segundo nivel es el del corazón, sentimientos, emociones. Aquí localizamos los estados anímicos de ira, temor, tristeza, alegría, etc. Un salto evolutivo que nos hace más complejos

El tercer nivel es el de nuestra mente, basado en el cerebro orgánico, nuestra inteligencia, origina nuestra capacidad de pensar, es decir, capacidad de examinar objetos, ideas y elegir la mejor.

El cuarto nivel es la consciencia o espíritu. Función clarividente de la mente, como afirma Wilber, trata sobre conceptos como la Verdad, Belleza y Bondad. Es el último salto evolutivo hasta hoy y el que está en plena evolución.

El hombre maduro integra todos los niveles y los jerarquiza al superior, consciencia o espíritu

Nuestra constitución se dirige a:


¿Qué es tener? Todo lo que se puede conseguir con dinero. Si a usted le tocan 2.000 millones de Euros en la lotería, usted puede comprar diez casas, veinte coches, multitud de trajes, etc. Tener es todo aquello que se puede conseguir con dinero.

¿Qué es hacer? Un paso por encima. Es conseguir el carnet de conducir, hacerse abogado, médico, etc. Ya no es cuestión solamente de dinero, es necesario esfuerzo, voluntad, trabajo. Etc. Hacer es lo que usted es capaz de ejercitar.

¿Qué es conscienciar o espiritualizar? Un paso más alto. Es desarrollar en usted y alrededor suya de la Verdad, la Bondad y la Belleza.

Para distinguir mejor estos tres apartados tomemos el criterio de la teoría de los dos naufragios.


Teoría de los dos naufragios:

1er. Naufragio: Hundimiento del Titanic. Imagínese que usted es un pasajero del Titanic y por los altavoces del buque le anuncian que el barco se está hundiendo y que debe subirse inmediatamente a un bote salvavidas. Usted obedece y abandona y pierde todo lo que tenía en su camarote y en las bodegas del barco. Pierde todo lo correspondiente al TENER: Dinero, joyas, automóviles, etc.

2º Naufragio. Enfermedad. Usted padece una enfermedad que le deja en la cama sin poder moverse. Pierde todo lo correspondiente al HACER. Trabajo, cargos, formas de divertirse, etc.

Lo que nos queda tras los dos naufragios, pertenece al mundo de la mente y de la consciencia, del espíritu. Nadie nos puede arrebatar jamás la consciencia. Nadie nos puede arrebatar nuestra capacidad de buscar el verdadero sentido de la vida, e irradiar la Verdad, Bondad y Belleza. Es lo que nunca podrás perder en un naufragio, cuando lo pierdas todo. Si consigues edificar sobre la consciencia o espíritu, serás inquebrantable.

Sólo las cosas del mundo del espíritu, de la consciencia, permanecen, nada ni nadie te las podrán quitar; te podrán quitar el dinero, te podrán quitar tus seres queridos, te podrán quitar la salud, trabajo, te lo podrán quitar todo lo que tengas o hagas, pero no te podrán quitar ni tu amor ni tu sabiduría ni tus lazos con la Verdad, la Bondad y la Belleza. Esto te hará inquebrantable.


CONSECUENCIAS DE ESTA COSMOVISIÓN: EL EGO

El mundo de las necesidades básicas, (reptiliana, mamifera) necesidades indispensables para la vida, deben estar integradas y subordinadas al programa del “homo sapiens”, del hombre que piensa. Si no están integradas en la consciencia, es lo que llamamos “ego”.

Las estructuras del cuerpo, corazón, ganas, estados de ánimo y mente, deben estar subordinadas e integradas al mundo de la consciencia o espíritu. Si no lo están, las llamamos “ego”.

El Tener y el Hacer, deben estar subordinados e integrados al mundo de la consciencia o espíritu. Si no lo están, las llamamos “ego”.

Es agradable tener un buen cuerpo, ser un atleta o un modelo de alta costura, pero debe estar subordinado, jerarquizado e integrado al mundo de la consciencia o espíritu. De lo contrario estamos en mano de las “tinieblas de la carne”

Es agradable disfrutar de emociones como estar enamorado, ganar en el juego, etc., pero deben estar subordinadas, jerarquizadas e integradas al mundo de la consciencia o espíritu. De lo contrario estamos en mano de las “tinieblas del corazón”.

Es agradable y bueno tener una mente privilegiada, pero debe estar subordinada, jerarquizada e integrada al mundo de la consciencia o espíritu. De lo contrario estamos en mano de las tinieblas de la “mente utilitaria”

Es agradable y bueno tener dinero, pero debe estar subordinado, jerarquizado e integrado al mundo de la consciencia o espíritu. De lo contrario estamos en mano de las “tinieblas del dinero”

Es agradable y bueno ser un buen profesional, tener varias carreras o llegar alto en el escalafón correspondiente: presidente de gobierno, director del Banco de España, Capitán General o Cardenal, pero debe estar subordinado, jerarquizado e integrado al mundo de la consciencia o espíritu. De lo contrario estamos en mano de las “tinieblas del arribista”

Esto nos lleva a una gran libertad e independencia. A estar y vivir en pie, con la consciencia y espíritu rigiendo nuestra vida. Controlamos nuestra vida.

Es la diferencia entre vivir siendo una marioneta, dependiendo de “cuerdas” exteriores, guiados por el ego, o vivir dirigido por la consciencia / espíritu.

Quien se deja dominar por las estructuras inferiores y no está guiado por la consciencia, decimos que no está de pie, está dominado por el ego. Quien se guía por la estructura superior e integra las inferiores en esta última, está guiado por la consciencia, por el espíritu.

Dieciséis veces más importante que la luz de la luna es la luz del sol; dieciséis veces más importante que la luz del sol es la luz de la mente; dieciséis veces más importante que la luz de la mente es la luz de la consciencia: Verdad, Bondad y Belleza (Buda)

Esta es la gran batalla que estamos librando continuamente: a quien seguimos, al ego o a la consciencia.

Despiértate, levántate, mira y adquiere conocimiento y a la luz del conocimiento distingue lo verdadero de lo falso, la verdad de la mentira.

Si eres dueño de tu cuerpo, corazón y mente, para servir a la consciencia; si subordinas lo que tengas y hagas para servir a la consciencia, para servir a Dios, gozarás de una serenidad total.

En cada encrucijada de la vida siempre se presenta la misma alternativa: amor o desamor. Verdad o mentira. Ego o consciencia. Aunque las situaciones vengan disfrazadas de mil maneras distintas, siempre nos encontramos en el cruce de dos caminos: uno conduce a la liberación y el otro a los destinos inferiores del ser. La eterna lucha entra la luz y la oscuridad, la verdad y la mentira, la vida y la muerte. El ego y la consciencia.

¿A quiénes seguiremos, a quiénes obedeceremos, qué palabra escucharemos, a quién creeremos? A todo tipo de amos si somos esclavos; pero si somos libres solo escucharemos, solo creeremos, solo seguiremos, solo obedeceremos a la razón, a la verdad, es decir: a Dios.

Seguiremos a cualquier tonto que nos engatuse, si somos esclavos. A cualquier personaje con ropa brillante, si somos esclavos. Al viento de levante hoy y mañana al del sur, si somos esclavos. A unas ganas por la mañana y a otra por la tarde, si somos esclavos. Pero si somos libres, solo seguiremos a la razón. Si somos libres solo seguiremos al bien. Si somos libres solo seguiremos a la belleza… Si somos libres solo seguiremos a la verdad, es decir: a Dios.

En esta cosmovisión tiene un lugar preponderante la importancia de nuestros pensamientos, cómo examinaremos a continuación en el siguiente folleto.


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