Alimentación psíquica.
Todos los días comemos, bebemos, dormimos; satisfacemos las necesidades básicas corporales. De lo contrario sentimos hambre, sed, sueño. Señales físicas de que tenemos una carencia. De una manera semejante, cuando nuestro estado de ánimo está bajo, desganado, sin ilusiones ¿Nos falta algún alimento psíquico, espiritual o como quiera llamarle? ¿O tenemos algún parásito psíquico que nos está infectando?
¿Qué me pasa? Ayer pasé un buen día y estaba contento y ahora cuando me levanto por la mañana estoy sin ganas de nada, sin energía, sin motivación alguna. ¿Qué me sucede? ¿Cómo puedo cambiar, qué puedo hacer?
Descartando que tenga alguna enfermedad orgánica, la respuesta más común es que sí: que algo nos falta, que tenemos una carencia, porque de la misma manera que necesitamos alimento corporal, también necesitamos periódicamente alimento psíquico para conseguir motivación, entusiasmo, de lo contrario tendremos hambre y sed “espiritual”, psíquica, que se manifestará con las características de apatía, desgana, pereza y toda la cohorte de mal humor que las acompaña. El hambre es un mensaje de nuestro cerebro para el reajuste de nuestra vida. Nuestra psique nos está diciendo: Despierta! ¡Cambia! ¡Tengo hambre!
De una manera metafórica, hemos perdido el contacto con nuestra consciencia, con el mundo “espiritual”, para darle un nombre que nos podamos comunicar. Se ha roto el hilo de plata que nos une al sistema que nos ofrece alimento psíquico o espiritual y tenemos que restablecer la conexión otra vez porque nuestro depósito de combustible, de energía psíquica está medio vacío o bastante bajo. En un folleto anterior comentábamos sobre nuestras vibraciones. Podemos imaginarnos que cuando estamos desganados, desanimados, nuestro estado vibratorio es muy bajo y esto origina un profundo cansancio y apatía. La solución es incrementarlo, aumentarlo, elevar nuestro nivel vibratorio. Estamos en medio de una tormenta y la primera acción que debemos hacer es tomar refugio como afirman los budistas Tomar refugio, conectarnos con la fuente que alimenta para elevar nuestro nivel vibratorio
Hay una anécdota muy ilustrativa de Pau Casals. Cuando era mayor, al levantarse de la cama por la mañana, era una persona encorvada, envejecida, sin ánimo para nada. Lo primero que hacía era acercarse a su piano e interpretar algo de Juan Sebastián Bach. Como en un milagro, sus dedos artríticos empezaban a estirarse, movilizarse y comenzaban a deslizarse velozmente sobre el teclado del piano. Al poco rato, se levantaba, y era una persona completamente distinta. Derecho, cabeza levantada, pecho fuera, sonrisa abierta y dispuesto a empezar un nuevo día. Sin ninguna duda, la música y el ejercicio habían conseguido elevar su tono vibratorio. Era otra persona.
Debemos conocernos para saber qué acciones debo realizar para aumentar mi nivel vibratorio, mi energía psíquica, donde tomar refugio. Los consejos en general, son tan antiguos como la humanidad: el hombre necesita metas, objetivos por los que luchar, intereses que le apasionen, todo esto se logra reconectándose con el principio al que llamamos consciencia, Dios, o como quiera nominarlo. Búsquelo. No tiene que ir a ningún lugar lejano, está muy cerca suya, está en su interior… Como afirmaba el sufí Hazrat Inayat Jan; “La solución al problema del día es el despertar de la consciencia de la humanidad a la divinidad que hay dentro”. Haga meditación, rece, repita frases motivadoras, lectura, estudio, conversaciones con personas que le orienten, ejercicio físico para prepararse a la tarea, etc. Aquí entran todas las prácticas psíquicas o espirituales de las tradiciones religiosas o no. Y aprenda a mantener ese contacto durante todo el día: es lo que se llama vivir en presencia de Dios.
Lo importante es que tome conciencia de que exactamente igual que necesito alimento físico, también necesito alimento psíquico o espiritual y que tengo que adquirir el hábito de dedicarle diariamente el tiempo y la energía correspondiente
La primera ley de nuestra cosmovisión occidental es que toda acción tiene consecuencias, todo efecto tiene una causa y si no alimento mi psique, mi espíritu tendrá hambre. Muchas veces intentaremos disfrazar el hambre con multitud de pseudoalimentos, con distracciones, pero no conseguiré saciar mi apetito porque necesito otro tipo de alimentación.
Y para una correcta alimentación es muy importante adquirir el hábito de dedicar un espacio del día para esta actividad, adquirir el hábito de alimentar mi psique al menos durante una hora determinada, un espacio y tiempo del día para contactar con lo absoluto, con la consciencia, porque tus hábitos determinarán tu futuro. La vida nos hará sufrir si seguimos hábitos insanos. Afortunadamente, podemos cambiarlos, podemos diseñar un nuevo hábito que sustituya al que nos hace daño. Pero el primer paso es tomar conciencia de que mi hambre es consecuencia de una mala alimentación. Así pues, si tienes hambre, cambia tus hábitos alimenticios. Puedes cambiarlos. Diseña un nuevo hábito, y aprenderás a ser el dueño de tus estados de ánimo.
La sabiduría ordinaria nos muestra que las maneras convencionales de vivir están repletas de sufrimiento. La sabiduría práctica se inicia cuando una persona admite que debe existir una mejor manera de vivir, y se compromete a dar con ella. Ahí empieza la búsqueda del despertar.
El desorden personal es fuente de sufrimiento. Luego si estoy sufriendo, (no dolor físico, cómo un dolor de muelas, sino sufrimiento, incapacidad de integrar el dolor de muelas en algo que lo trascienda) en algún tipo de desorden estoy cayendo. Creo que es el ABC de la realidad. Si estoy mal, en alguna trampa, en algún tipo de desorden, en una carencia, estoy cayendo. Una carencia, del tipo que sea, me está atando. He perdido el hilo de plata que me une a la consciencia. Tengo que reconectarme. Busca lo que te falta y ejercítate. Elimina los malos hábitos y desarrolla tu psiquismo, tu espíritu. La espiritualidad es un camino de transformación, por el contrario, la confusión, la ignorancia, es la única causa del sufrimiento
Por lo tanto, toma el control de tu vida, Tú eres el único responsable de tu vida. Vivimos instalados en el partido del victimismo. Soy víctima del entorno. Es una excusa infantil, caca de dinosaurio. Tú eres el dueño de tu vida, este conocimiento te hará inquebrantable. Cuando lo descubras, cambiará tu vida. Controla tu destino, toma decisiones; si eres irresponsable, no puedes cambiar tu vida, entonces te conviertes en una persona impotente, desesperanzada.
Dios es todo lo que podemos conceptualizar en clave de salvación. Vuelve el rostro hacia Dios y revivirá tu corazón
¿Qué me pasa? Ayer pasé un buen día y estaba contento y ahora cuando me levanto por la mañana estoy sin ganas de nada, sin energía, sin motivación alguna. ¿Qué me sucede? ¿Cómo puedo cambiar, qué puedo hacer?
Descartando que tenga alguna enfermedad orgánica, la respuesta más común es que sí: que algo nos falta, que tenemos una carencia, porque de la misma manera que necesitamos alimento corporal, también necesitamos periódicamente alimento psíquico para conseguir motivación, entusiasmo, de lo contrario tendremos hambre y sed “espiritual”, psíquica, que se manifestará con las características de apatía, desgana, pereza y toda la cohorte de mal humor que las acompaña. El hambre es un mensaje de nuestro cerebro para el reajuste de nuestra vida. Nuestra psique nos está diciendo: Despierta! ¡Cambia! ¡Tengo hambre!
De una manera metafórica, hemos perdido el contacto con nuestra consciencia, con el mundo “espiritual”, para darle un nombre que nos podamos comunicar. Se ha roto el hilo de plata que nos une al sistema que nos ofrece alimento psíquico o espiritual y tenemos que restablecer la conexión otra vez porque nuestro depósito de combustible, de energía psíquica está medio vacío o bastante bajo. En un folleto anterior comentábamos sobre nuestras vibraciones. Podemos imaginarnos que cuando estamos desganados, desanimados, nuestro estado vibratorio es muy bajo y esto origina un profundo cansancio y apatía. La solución es incrementarlo, aumentarlo, elevar nuestro nivel vibratorio. Estamos en medio de una tormenta y la primera acción que debemos hacer es tomar refugio como afirman los budistas Tomar refugio, conectarnos con la fuente que alimenta para elevar nuestro nivel vibratorio
Hay una anécdota muy ilustrativa de Pau Casals. Cuando era mayor, al levantarse de la cama por la mañana, era una persona encorvada, envejecida, sin ánimo para nada. Lo primero que hacía era acercarse a su piano e interpretar algo de Juan Sebastián Bach. Como en un milagro, sus dedos artríticos empezaban a estirarse, movilizarse y comenzaban a deslizarse velozmente sobre el teclado del piano. Al poco rato, se levantaba, y era una persona completamente distinta. Derecho, cabeza levantada, pecho fuera, sonrisa abierta y dispuesto a empezar un nuevo día. Sin ninguna duda, la música y el ejercicio habían conseguido elevar su tono vibratorio. Era otra persona.
Debemos conocernos para saber qué acciones debo realizar para aumentar mi nivel vibratorio, mi energía psíquica, donde tomar refugio. Los consejos en general, son tan antiguos como la humanidad: el hombre necesita metas, objetivos por los que luchar, intereses que le apasionen, todo esto se logra reconectándose con el principio al que llamamos consciencia, Dios, o como quiera nominarlo. Búsquelo. No tiene que ir a ningún lugar lejano, está muy cerca suya, está en su interior… Como afirmaba el sufí Hazrat Inayat Jan; “La solución al problema del día es el despertar de la consciencia de la humanidad a la divinidad que hay dentro”. Haga meditación, rece, repita frases motivadoras, lectura, estudio, conversaciones con personas que le orienten, ejercicio físico para prepararse a la tarea, etc. Aquí entran todas las prácticas psíquicas o espirituales de las tradiciones religiosas o no. Y aprenda a mantener ese contacto durante todo el día: es lo que se llama vivir en presencia de Dios.
Lo importante es que tome conciencia de que exactamente igual que necesito alimento físico, también necesito alimento psíquico o espiritual y que tengo que adquirir el hábito de dedicarle diariamente el tiempo y la energía correspondiente
La primera ley de nuestra cosmovisión occidental es que toda acción tiene consecuencias, todo efecto tiene una causa y si no alimento mi psique, mi espíritu tendrá hambre. Muchas veces intentaremos disfrazar el hambre con multitud de pseudoalimentos, con distracciones, pero no conseguiré saciar mi apetito porque necesito otro tipo de alimentación.
Y para una correcta alimentación es muy importante adquirir el hábito de dedicar un espacio del día para esta actividad, adquirir el hábito de alimentar mi psique al menos durante una hora determinada, un espacio y tiempo del día para contactar con lo absoluto, con la consciencia, porque tus hábitos determinarán tu futuro. La vida nos hará sufrir si seguimos hábitos insanos. Afortunadamente, podemos cambiarlos, podemos diseñar un nuevo hábito que sustituya al que nos hace daño. Pero el primer paso es tomar conciencia de que mi hambre es consecuencia de una mala alimentación. Así pues, si tienes hambre, cambia tus hábitos alimenticios. Puedes cambiarlos. Diseña un nuevo hábito, y aprenderás a ser el dueño de tus estados de ánimo.
La sabiduría ordinaria nos muestra que las maneras convencionales de vivir están repletas de sufrimiento. La sabiduría práctica se inicia cuando una persona admite que debe existir una mejor manera de vivir, y se compromete a dar con ella. Ahí empieza la búsqueda del despertar.
El desorden personal es fuente de sufrimiento. Luego si estoy sufriendo, (no dolor físico, cómo un dolor de muelas, sino sufrimiento, incapacidad de integrar el dolor de muelas en algo que lo trascienda) en algún tipo de desorden estoy cayendo. Creo que es el ABC de la realidad. Si estoy mal, en alguna trampa, en algún tipo de desorden, en una carencia, estoy cayendo. Una carencia, del tipo que sea, me está atando. He perdido el hilo de plata que me une a la consciencia. Tengo que reconectarme. Busca lo que te falta y ejercítate. Elimina los malos hábitos y desarrolla tu psiquismo, tu espíritu. La espiritualidad es un camino de transformación, por el contrario, la confusión, la ignorancia, es la única causa del sufrimiento
Por lo tanto, toma el control de tu vida, Tú eres el único responsable de tu vida. Vivimos instalados en el partido del victimismo. Soy víctima del entorno. Es una excusa infantil, caca de dinosaurio. Tú eres el dueño de tu vida, este conocimiento te hará inquebrantable. Cuando lo descubras, cambiará tu vida. Controla tu destino, toma decisiones; si eres irresponsable, no puedes cambiar tu vida, entonces te conviertes en una persona impotente, desesperanzada.
Dios es todo lo que podemos conceptualizar en clave de salvación. Vuelve el rostro hacia Dios y revivirá tu corazón
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