Algunas leyes de la vida
Hay personas que se sienten bien, contentas de la vida y personas que se sienten mal, apáticas, tristes, sin saborear la vida. ¿Por qué? ¿Por qué razón unas personas están más contentas con su vida que otras? La solución a la pregunta es muy sencilla: los primeros han elegido hacer cosas que les traen bienestar en vez de hacer otras cosas que les traen infelicidad. Siguen las reglas fundamentales de la naturaleza y su aplicación en los consejos, valores y virtudes; reglas que les llevan por el sendero de la dicha. Los descontentos no se controlan, no siguen las leyes fundamentales de la naturaleza porque no las conocen o por otros motivos, pero en definitiva no siguen las reglas necesarias para llevar una vida buena y por lo tanto se están equivocando continuamente; el toro les está cogiendo una y otra vez; y los volverá a coger hasta que aprendan a torear; y para aprender, para superar la asignatura, necesitan hacer cambios en su forma de pensar y comportarse, tienen que cambiar sus pensamientos y su conducta.
Aprender a sortear los obstáculos no es algo imposible ni increiblemente difícil, a veces es sencillo, pero siempre exige esfuerzo y trabajo, y sobre todo tener las ideas claras.
La felicidad exige abonar un costo, pagar un precio por lo que se desea adquirir. Esta es una de las Leyes Fundamentales de la Vida: Todo Tiene Un Precio. No Hay Nada Gratis. El llevar unos zapatos limpios produce en las personas que nos rodean una mejor impresión sobre nuestra persona que unos sucios; el limpiarse los zapatos antes de salir a la calle no tiene mayor problema, pero cuesta un poco de trabajo. Es el precio que hay que pagar; y usted elige: pagar y adquirir el producto, o no pagar y quedarse sin el producto. Pero no olvide otra de las Leyes Fundamentales de la Vida, la Primera Ley De La Naturaleza: Toda Acción Tiene Siempre Consecuencias. No crea ni por un instante que sus actos no tendrán consecuencias. Es imposible. Es imposible que usted arroje una piedra a un lago y no se produzcan ondas. Elija y acepte las consecuencias de sus actos. Usted, y no las circunstancias, es el responsable de su vida.
¿Que es una ley o un principio? algo que existe independientemente de nosotros, por ejemplo: la ley o principio de la gravedad, las leyes de la entropía (ver folleto anterior). Una ley es que si suelto un objeto caerá hacia el suelo, o que el agua de una jarra se acaba si la vierto y no se renueva.
Mucha gente vive su vida infringiendo y saltándose las leyes y los principios naturales, unas veces a sabiendas, otras no. No obstante, estas verdades son inmutables e inevitables. Si usted las infringe por su cuenta y riesgo, aunque infantilmente crea que será capaz de eludir sus consecuencias, al final acabará pagándolas. El desconocimiento de la ley no exime de sus consecuencias. Y aunque su infracción sea sin mala intención, sufrirá las consecuencias de no seguirla.
Las leyes y principios afectan nuestras vidas a cada momento, de igual manera que las leyes gobiernan y afectan las órbitas de los planetas, el ciclo de las mareas o el cambio de estaciones. Muchos hablan de buena suerte y de casualidades pero resulta que somos parte del universo y que existen leyes que gobiernan nuestra vida, la luna, las estrellas y la hierba que crece en nuestro jardín. Si creemos que el universo es gobernado por leyes, ¿por qué no creemos que nuestras vidas pueden estar afectadas de la misma manera, y que respetar o no esas leyes es la pequeña diferencia que nos conducirá al éxito o al fracaso, a tener una vida buena u otra no tan buena?
Por lo tanto, es imprescindible conocer cuales son los principios que contribuyen a modelar nuestras vidas.
Seguramente conoce personas que padecen patrones de vida dramáticos, sus vidas son dramas interminables. Si te encuentras con alguien así en la calle y cometes el error de preguntarle ¿cómo estás?, de inmediato te cuenta que se le acaba de morir el perro, que el auto se le estropeó, que las medicinas no le hacen nada, que tienen mucha prisa y que están llegando tarde a la cita con el dentista. Si por casualidad la vida de estas personas se acerca ligeramente a volverse apacible, una vocecita subconsciente les dice: «¡Pero qué barbaridad, las cosas no son así!». Y pronto surge otro drama; pierden el empleo, tienen que hacerse otra operación, etc.
Ciertas personas tienen un talento especial para accidentarse; se pasan la vida cayéndose de las escaleras, de los árboles, sufren descargas eléctricas o chocan frecuentemente con su automóvil. Todo se debe a su patrón mental que desconoce y no siguen las leyes fundamentales ¿Conoces a alguien con su patrón de vida orientado a las enfermedades? Hay personas que padecen resfriados tres o cuatro veces al año; algunas personas se ponen enfermas cada vez que se les presenta la oportunidad.
Existen personas propensas al desorden; no es que se lo propongan conscientemente, pero se trata de un patrón desordenado de vida muy poderoso. Tienen el escritorio, los archivos y su vida hecha un desastre. Si alguien ordena sus cosas, veinte minutos más tarde parecerá que un huracán arrasó el lugar.
¿Conoces a alguien que siempre está arruinado? No es cuestión del dinero que gana, sino de lo que hacen con él. Las personas con un patrón de quiebra actúan automáticamente, siempre que tienen un dinero adicional, buscan deshacerse de él; por lo general no se dan cuenta de lo que sucede. Se imaginan que las causas de sus problemas son la economía, el gobierno o la empresa para la cual trabaja ya que les pagan poco. Estas personas, aunque ganaran el doble, seguirían estando arruinadas.
Si padeces el patrón de la indispensabilidad, eres de los que creen que a los tres minutos de haber salido de vacaciones, las cosas en la oficina no van a funcionar, que el trabajo no estará hecho a tiempo y que lo harán mal. Si actuamos sobre la base de este patrón, nuestro sistema de creencias y nuestra actitud contribuirá a perpetuar la situación.
Sin embargo, existen patrones de vida positivos. Hay un patrón que llamaremos «nunca me enfermo». Nuestro estado de salud es determinado por nuestros programas mentales que nos dicen quienes somos y qué nos pasa.
¿Conoces a alguien que siempre llega al sitio justo, en el momento preciso? Entran en una empresa a trabajar, justo cuando ésta empieza a prosperar, venden su casa justo antes de que a un lado construyan una depuradora de aguas residuales, salen de vacaciones y con lo que ganó en una sola jugada en la ruleta, se pagó las vacaciones y le sobró dinero.
Llegar al sitio justo, en el momento preciso, es un patrón de vida positivo.
¿Cómo puedo hacer para cambiar esos patrones negativos? ¿Qué puedo hacer para llevar una vida buena? La respuesta es simple: la vida cambia cuando nosotros cambiamos y seguimos los Principios y Leyes de la Vida, de la Naturaleza.
Copio unas leyes esenciales de la vida, pertenecen a la Orden de Interser, una orden fundada por Thích Nhất Hạnh. Thich Nhat Hanh es un maestro zen nacido en Vietnam Central el 11 de Octubre de 1926, monje budista desde hace más de cuatro décadas y activista por la Paz, nominado para el Premio Nobel por ese motivo. Refugiado político en Francia desde 1972, por su combate pacífico empezado durante la guerra de Vietnam.
En Vietnam Fundó la Escuela de la Juventud para los Servicios Sociales, la Universidad Budista de Vanh Hanh, la editorial Le Boi Press y la Orden de Interser. Enseñó en la Universidad de Columbia y la Sorbona. En 1967 Fue nominado por Martin Luther King para el Premio Nobel de la Paz.
Actualmente vive en Francia, en una comunidad de enseñanza Budista llamada Plum Village fundada en 1982, cercana a Burdeos. Viaja constantemente por el mundo dando enseñanzas y conferencias y ayudando a los refugiados. Ha escrito más de 60 libros en inglés, francés y vietnamita. Algunos han sido traducidos al español. Sus textos y conferencias se centran a menudo en la necesidad de transmitir a la acción cotidiana y social una intención profunda de amor surgido de una atención consciente.
Los Catorce Entrenamientos de la Atención Plena de la Orden de Interser
1. No idolatres ni te aferres a ninguna doctrina, teoría o ideología. Ningún sistema filosófico es la verdad absoluta.
2. Nunca pienses que el conocimiento que ahora tienes es inmutable y absolutamente verdad. Evita ser intolerante o estar limitado a tus opiniones presentes. Aprende y ejercítate en no estar aferrados a ellas para que puedas estar abierto a recibir las de los demás. Disponte a estar aprendiendo durante toda la vida.
3. No fuerces jamás a los demás, incluidos los niños, a adoptar tus puntos de vista, sean estos los que sean, ni utilices para ello la autoridad, la amenaza, el dinero, la publicidad o la educación. Usa en cambio el diálogo compasivo para ayudar a los demás a que renuncien a su fanatismo y a su estrechez de mira.
4. No evites el contacto ni cierres los ojos antes los que sufren. No pierdas la consciencia de la existencia del sufrimiento en la realidad mundial. Halla vías para estar en contacto con los que sufren, por todos los medios, incluidos los contactos personales, las visitas, las imágenes y el sonido.
5. No acumules riquezas mientras millones de personas pasan hambre. No tengas más de lo necesario mientras muchos tienen menos de lo necesario. No dirijas tu vida hacia los únicos propósitos de la fama, el lucro, la riqueza o los placeres sensuales. Vive con sencillez y guarda tiempo, energía y recursos materiales para los que lo necesitan.
6. No alimentes tu odio o tu ira. Aprende a penetrar en esos consejeros y a transformarlos mientras todavía no son más que simientes en tu consciencia. Concéntrate en tu respiración cuando aparezcan el odio o la ira, comprenderás así su naturaleza y la de las personas que te la han provocado.
7. No te pierdas en rodeos y disgresiones. Practica la respiración consciente para volver al presente y lo que está ocurriendo en él. Mantente en contacto con lo sano, refrescante y saludable que haya en ti y en tu alrededor y busca las semillas de la alegría, la paz y la comprensión.
8. No pronuncies palabras que puedan sembrar la discordia y desunir a la comunidad. Haz los esfuerzos que puedas para reconciliar y resolver los conflictos que se produzcan por pequeños que sean.
9. No cuentes cosas que no sean verdad para tu beneficio personal o para impresionar a los demás. No propagues noticias que no sepas si son ciertas. No critiques o condenes cosas de las que no estás seguro. Di siempre la verdad y habla constructivamente. Ten la valentía de denunciar situaciones injustas incluso si con ello arriesgas tu seguridad.
10. No utilices la comunidad religiosa para tu provecho o interés personal o para transformarla en un partido político. Por el contrario, una comunidad religiosa debe tomar una postura clara contra la opresión y la injusticia y debe esforzarse en cambiar la situación sin entrar en conflictos partidistas.
11. No alimentes vocaciones perjudiciales para ti y para la naturaleza. No inviertas en compañías que privan a los demás de su oportunidad de vivir. Escoge una vocación que te ayude a llevar a cabo tu ideal de compasión.
12. No mates ni permitas que otros lo hagan. Halla todos los medios posibles para proteger la vida y evitar la guerra.
13. No poseas nada que pueda pertenecer a los demás. Respeta la propiedad ajena, pero evita que haya quien se enriquezca con el sufrimiento humano o de cualquier otro ser.
14. No maltrates tu cuerpo. Aprende a tratarlo con respeto. No lo veas solamente como un instrumento. Guarda tus energías vitales para la realización del Camino. Las manifestaciones sexuales no deberían ocurrir al margen del amor y del compromiso. Cuando mantengas relaciones sexuales sé consciente del sufrimiento futuro que estas pueden ocasionar. Protege la felicidad de los demás respetando sus derechos y sus compromisos. Sé completamente consciente de la responsabilidad que implica traer nuevas vidas al mundo.
Ánimo y adelante.
Aprender a sortear los obstáculos no es algo imposible ni increiblemente difícil, a veces es sencillo, pero siempre exige esfuerzo y trabajo, y sobre todo tener las ideas claras.
La felicidad exige abonar un costo, pagar un precio por lo que se desea adquirir. Esta es una de las Leyes Fundamentales de la Vida: Todo Tiene Un Precio. No Hay Nada Gratis. El llevar unos zapatos limpios produce en las personas que nos rodean una mejor impresión sobre nuestra persona que unos sucios; el limpiarse los zapatos antes de salir a la calle no tiene mayor problema, pero cuesta un poco de trabajo. Es el precio que hay que pagar; y usted elige: pagar y adquirir el producto, o no pagar y quedarse sin el producto. Pero no olvide otra de las Leyes Fundamentales de la Vida, la Primera Ley De La Naturaleza: Toda Acción Tiene Siempre Consecuencias. No crea ni por un instante que sus actos no tendrán consecuencias. Es imposible. Es imposible que usted arroje una piedra a un lago y no se produzcan ondas. Elija y acepte las consecuencias de sus actos. Usted, y no las circunstancias, es el responsable de su vida.
¿Que es una ley o un principio? algo que existe independientemente de nosotros, por ejemplo: la ley o principio de la gravedad, las leyes de la entropía (ver folleto anterior). Una ley es que si suelto un objeto caerá hacia el suelo, o que el agua de una jarra se acaba si la vierto y no se renueva.
Mucha gente vive su vida infringiendo y saltándose las leyes y los principios naturales, unas veces a sabiendas, otras no. No obstante, estas verdades son inmutables e inevitables. Si usted las infringe por su cuenta y riesgo, aunque infantilmente crea que será capaz de eludir sus consecuencias, al final acabará pagándolas. El desconocimiento de la ley no exime de sus consecuencias. Y aunque su infracción sea sin mala intención, sufrirá las consecuencias de no seguirla.
Las leyes y principios afectan nuestras vidas a cada momento, de igual manera que las leyes gobiernan y afectan las órbitas de los planetas, el ciclo de las mareas o el cambio de estaciones. Muchos hablan de buena suerte y de casualidades pero resulta que somos parte del universo y que existen leyes que gobiernan nuestra vida, la luna, las estrellas y la hierba que crece en nuestro jardín. Si creemos que el universo es gobernado por leyes, ¿por qué no creemos que nuestras vidas pueden estar afectadas de la misma manera, y que respetar o no esas leyes es la pequeña diferencia que nos conducirá al éxito o al fracaso, a tener una vida buena u otra no tan buena?
Por lo tanto, es imprescindible conocer cuales son los principios que contribuyen a modelar nuestras vidas.
Seguramente conoce personas que padecen patrones de vida dramáticos, sus vidas son dramas interminables. Si te encuentras con alguien así en la calle y cometes el error de preguntarle ¿cómo estás?, de inmediato te cuenta que se le acaba de morir el perro, que el auto se le estropeó, que las medicinas no le hacen nada, que tienen mucha prisa y que están llegando tarde a la cita con el dentista. Si por casualidad la vida de estas personas se acerca ligeramente a volverse apacible, una vocecita subconsciente les dice: «¡Pero qué barbaridad, las cosas no son así!». Y pronto surge otro drama; pierden el empleo, tienen que hacerse otra operación, etc.
Ciertas personas tienen un talento especial para accidentarse; se pasan la vida cayéndose de las escaleras, de los árboles, sufren descargas eléctricas o chocan frecuentemente con su automóvil. Todo se debe a su patrón mental que desconoce y no siguen las leyes fundamentales ¿Conoces a alguien con su patrón de vida orientado a las enfermedades? Hay personas que padecen resfriados tres o cuatro veces al año; algunas personas se ponen enfermas cada vez que se les presenta la oportunidad.
Existen personas propensas al desorden; no es que se lo propongan conscientemente, pero se trata de un patrón desordenado de vida muy poderoso. Tienen el escritorio, los archivos y su vida hecha un desastre. Si alguien ordena sus cosas, veinte minutos más tarde parecerá que un huracán arrasó el lugar.
¿Conoces a alguien que siempre está arruinado? No es cuestión del dinero que gana, sino de lo que hacen con él. Las personas con un patrón de quiebra actúan automáticamente, siempre que tienen un dinero adicional, buscan deshacerse de él; por lo general no se dan cuenta de lo que sucede. Se imaginan que las causas de sus problemas son la economía, el gobierno o la empresa para la cual trabaja ya que les pagan poco. Estas personas, aunque ganaran el doble, seguirían estando arruinadas.
Si padeces el patrón de la indispensabilidad, eres de los que creen que a los tres minutos de haber salido de vacaciones, las cosas en la oficina no van a funcionar, que el trabajo no estará hecho a tiempo y que lo harán mal. Si actuamos sobre la base de este patrón, nuestro sistema de creencias y nuestra actitud contribuirá a perpetuar la situación.
Sin embargo, existen patrones de vida positivos. Hay un patrón que llamaremos «nunca me enfermo». Nuestro estado de salud es determinado por nuestros programas mentales que nos dicen quienes somos y qué nos pasa.
¿Conoces a alguien que siempre llega al sitio justo, en el momento preciso? Entran en una empresa a trabajar, justo cuando ésta empieza a prosperar, venden su casa justo antes de que a un lado construyan una depuradora de aguas residuales, salen de vacaciones y con lo que ganó en una sola jugada en la ruleta, se pagó las vacaciones y le sobró dinero.
Llegar al sitio justo, en el momento preciso, es un patrón de vida positivo.
¿Cómo puedo hacer para cambiar esos patrones negativos? ¿Qué puedo hacer para llevar una vida buena? La respuesta es simple: la vida cambia cuando nosotros cambiamos y seguimos los Principios y Leyes de la Vida, de la Naturaleza.
Copio unas leyes esenciales de la vida, pertenecen a la Orden de Interser, una orden fundada por Thích Nhất Hạnh. Thich Nhat Hanh es un maestro zen nacido en Vietnam Central el 11 de Octubre de 1926, monje budista desde hace más de cuatro décadas y activista por la Paz, nominado para el Premio Nobel por ese motivo. Refugiado político en Francia desde 1972, por su combate pacífico empezado durante la guerra de Vietnam.
En Vietnam Fundó la Escuela de la Juventud para los Servicios Sociales, la Universidad Budista de Vanh Hanh, la editorial Le Boi Press y la Orden de Interser. Enseñó en la Universidad de Columbia y la Sorbona. En 1967 Fue nominado por Martin Luther King para el Premio Nobel de la Paz.
Actualmente vive en Francia, en una comunidad de enseñanza Budista llamada Plum Village fundada en 1982, cercana a Burdeos. Viaja constantemente por el mundo dando enseñanzas y conferencias y ayudando a los refugiados. Ha escrito más de 60 libros en inglés, francés y vietnamita. Algunos han sido traducidos al español. Sus textos y conferencias se centran a menudo en la necesidad de transmitir a la acción cotidiana y social una intención profunda de amor surgido de una atención consciente.
Los Catorce Entrenamientos de la Atención Plena de la Orden de Interser
1. No idolatres ni te aferres a ninguna doctrina, teoría o ideología. Ningún sistema filosófico es la verdad absoluta.
2. Nunca pienses que el conocimiento que ahora tienes es inmutable y absolutamente verdad. Evita ser intolerante o estar limitado a tus opiniones presentes. Aprende y ejercítate en no estar aferrados a ellas para que puedas estar abierto a recibir las de los demás. Disponte a estar aprendiendo durante toda la vida.
3. No fuerces jamás a los demás, incluidos los niños, a adoptar tus puntos de vista, sean estos los que sean, ni utilices para ello la autoridad, la amenaza, el dinero, la publicidad o la educación. Usa en cambio el diálogo compasivo para ayudar a los demás a que renuncien a su fanatismo y a su estrechez de mira.
4. No evites el contacto ni cierres los ojos antes los que sufren. No pierdas la consciencia de la existencia del sufrimiento en la realidad mundial. Halla vías para estar en contacto con los que sufren, por todos los medios, incluidos los contactos personales, las visitas, las imágenes y el sonido.
5. No acumules riquezas mientras millones de personas pasan hambre. No tengas más de lo necesario mientras muchos tienen menos de lo necesario. No dirijas tu vida hacia los únicos propósitos de la fama, el lucro, la riqueza o los placeres sensuales. Vive con sencillez y guarda tiempo, energía y recursos materiales para los que lo necesitan.
6. No alimentes tu odio o tu ira. Aprende a penetrar en esos consejeros y a transformarlos mientras todavía no son más que simientes en tu consciencia. Concéntrate en tu respiración cuando aparezcan el odio o la ira, comprenderás así su naturaleza y la de las personas que te la han provocado.
7. No te pierdas en rodeos y disgresiones. Practica la respiración consciente para volver al presente y lo que está ocurriendo en él. Mantente en contacto con lo sano, refrescante y saludable que haya en ti y en tu alrededor y busca las semillas de la alegría, la paz y la comprensión.
8. No pronuncies palabras que puedan sembrar la discordia y desunir a la comunidad. Haz los esfuerzos que puedas para reconciliar y resolver los conflictos que se produzcan por pequeños que sean.
9. No cuentes cosas que no sean verdad para tu beneficio personal o para impresionar a los demás. No propagues noticias que no sepas si son ciertas. No critiques o condenes cosas de las que no estás seguro. Di siempre la verdad y habla constructivamente. Ten la valentía de denunciar situaciones injustas incluso si con ello arriesgas tu seguridad.
10. No utilices la comunidad religiosa para tu provecho o interés personal o para transformarla en un partido político. Por el contrario, una comunidad religiosa debe tomar una postura clara contra la opresión y la injusticia y debe esforzarse en cambiar la situación sin entrar en conflictos partidistas.
11. No alimentes vocaciones perjudiciales para ti y para la naturaleza. No inviertas en compañías que privan a los demás de su oportunidad de vivir. Escoge una vocación que te ayude a llevar a cabo tu ideal de compasión.
12. No mates ni permitas que otros lo hagan. Halla todos los medios posibles para proteger la vida y evitar la guerra.
13. No poseas nada que pueda pertenecer a los demás. Respeta la propiedad ajena, pero evita que haya quien se enriquezca con el sufrimiento humano o de cualquier otro ser.
14. No maltrates tu cuerpo. Aprende a tratarlo con respeto. No lo veas solamente como un instrumento. Guarda tus energías vitales para la realización del Camino. Las manifestaciones sexuales no deberían ocurrir al margen del amor y del compromiso. Cuando mantengas relaciones sexuales sé consciente del sufrimiento futuro que estas pueden ocasionar. Protege la felicidad de los demás respetando sus derechos y sus compromisos. Sé completamente consciente de la responsabilidad que implica traer nuevas vidas al mundo.
Ánimo y adelante.
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