Diferencia entre conocimiento, creencia y sabiduría - consciencia y algunos consejos
(Sacado del libro “Buda y su enseñanza”, comentado por Alejandro Ariza el 13/5/11)
El viento no puede agitar una montaña, ni el elogio o culpa mueven al hombre sabio. Ser sabio no consiste en tener conocimientos, ser sabio significa realizar algo con tu consciencia, primero por dentro y después por fuera. Sentir el latido de la vida dentro de ti y después por fuera. Para experimentar esta misteriosa consciencia que eres, primero tienes que experimentarla en lo más profundo de tu ser porque esa es la puerta más cercana a la consciencia universal. Una vez conocida en tu interior no es difícil conocerla en el exterior, pero recuerda: el hombre sabio nunca acumula conocimientos, su sabiduría es espontanea; el conocimiento siempre pertenece al pasado, la sabiduría al presente. Recuerda estas distinciones, porque si no comprendes con claridad la diferencia entre conocimiento y sabiduría, no podrás entender muchos sutras de Buda que son de enorme importancia.
El conocimiento satisface al ego. La sabiduría destruye al ego por completo, por eso la gente busca el conocimiento. Es muy raro encontrar a un buscador; generalmente la gente está interesada en el conocimiento y no en la sabiduría.
Conocimiento significa tener teorías sobre la verdad. Sabiduría es la verdad en sí. El conocimiento es de segunda mano. La sabiduría es de primera mano. Conocimiento significa creencias: otros lo expresan y tú lo crees, pero todas las creencias son falsas, ninguna creencia es verdad, nunca, incluso si crees en la palabra de Buda, en el momento que lo crees se vuelve una mentira. La verdad no se puede creer: o bien sabes, o no sabes. Si sabes, no hay lugar para creer; si no sabes, tampoco es un asunto de creencias. Si sabes, sabes. Si no sabes, no sabes. La creencia es una proyección de la mente tramposa que da la sensación de saber, sin saber. Los hindúes, musulmanes, los cristianos, los judíos, los budistas, todos ellos creen. La creencia es barata, muy fácil, nada está en juego; fácilmente puedes creer en Dios, en la inmortalidad del alma, en la teoría de la reencarnación; de hecho, esto se mantiene en un nivel superficial, en lo más profundo, en cambio, no te afectará en absoluto. Cuando la muerte llame a tu puerta sabrás que todas tus creencias habrán desaparecido. La creencia en la inmortalidad del alma no te servirá de ayuda cuando la muerte llame a tu puerta: llorarás, gemirás y te aferrarás a la vida. Cuando la muerte llegue te olvidarás de todo lo referente a Dios, no podrás recordar la teoría ni sus complicadas implicaciones, todas las estructuras de conocimiento que has edificado a tu alrededor se caerán, te dejaran completamente vacio y en la conciencia de que toda la vida ha sido un desperdicio…
La sabiduría es un fenómeno totalmente distinto. Es experiencia, no creencia. Es una experiencia existencial, no es una referencia. No crees en Dios, conoces a Dios. No crees en la inmortalidad del alma, la has saboreado. No crees en la reencarnación, la recuerdas. Recuerdas que has estado aquí muchas vidas… ves como las formas van cambiando pero la conciencia interior continúa igual. Solo lo superficial cambia, lo esencial es eterno. Esto es ver, no creer. Y todos los maestros auténticos están interesados en ayudarte a ver, no en hacerte creer. Creer te convierte en cristiano, hindú, musulmán. La creencia es la profesión de los sacerdotes, la sabiduría nace dentro de ti, no es escritura. Comienzas a leer tu propia conciencia y ahí están ocultas todas las biblias, todos los coranes, ghitas y dhamapadas.
Dios es una experiencia. Una experiencia de salvación. Una experiencia de sentido de la vida. Si no la ha vivido no se la puedo explicar. Usted no puede beberse la palabra “agua”. La palabra lluvia no puede mojarle. Usted debe experimentar el agua o la lluvia para saber lo que estas palabras significan verdaderamente. La fórmula H20 no puede mantener un barco a flote. Las palabras por sí solas no tienen nada que ver con la experiencia, le alejan de ella.
ALGUNOS CONSEJOS
Siempre ten presente, que la piel se arruga, El pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años...
Pero lo importante no cambia: Tu fuerza y convicción no tienen edad,
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas.
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
Pero nunca te detengas.
Madre Teresa de Calcuta
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