lunes, 11 de noviembre de 2019

Folleto 187

Autocontrol (II)



Autocontrol es no permitir que se introduzcan en su casa los pensamientos, sentimientos y conductas, propias o ajenas, que le produzcan daño en su vida.

Y dejar que entren los pensamientos, sentimientos y conductas, propias o ajenas, que le hacen bien y le posibiliten una vida más plena. En definitiva controle el acceso, las fronteras, de los que quieren entrar en su casa.

Esto que aparentemente parece tan sencillo trae escondidas enormes dificultades, pero por lo menos nos aclara el panorama del bosque por donde tenemos que caminar a lo largo de la vida. Y una buena brújula que nos puede ayudar en este cometido son  tres ejercicios sencillos de ejecutar:


  • Todas las mañanas haga un examen de las tonterías que cometió ayer; arrepiéntase de ellas, pida perdón y comprométase a que la próxima vez no caerá en la misma trampa. Y no le de más vueltas al asunto.
  • Agradezca todos los dones que posee y le rodean. Los que no se pueden comprar con dinero y los que se adquieren con dinero.  Agradecimiento profundo.
  • Focalice su atención en el asunto más importante que tenga que hacer hoy. O en las cosas (pocas) más importantes.

Y ya está.

Imagínese que está en una piscina con los ojos vendados y no puede hacer pie. Imagínese que tiene la idea que el borde de la piscina está muy cerca y hace esfuerzo por agarrarse a ese borde y salir de la piscina. Imagínese que en realidad la piscina es enorme y está equivocado respecto a que los bordes están cercanos. El aferrarse a la primera impresión le hará moverse inútilmente por conseguir tocar el límite de la piscina... esfuerzo inútil. Si por el contrario se hace la idea que los límites están lejanos, flotará, fluirá y no braceará perdiendo fuerzas. Nos agarramos a pensamientos, sentimientos y conductas que no nos llevan a ninguna parte. Suelte lastre, respire, flote... No le pidamos a la vida, a los demás, a las piscinas, elementos y conductas que no nos pueden dar; rechace las fantasías malsanas, abrace la realidad, fluya, adáptese, nade, haga surf dominando las olas, y llegará al borde de la piscina.

¿A qué se está aferrando de una manera desesperada e insana? ¿Con qué se está distrayendo?
¿Qué ideas, sentimientos y conductas malsanas está permitiendo que entren en su casa?

Dirija su atención a lo importante y esquive las trampas.

Controle su vida y diríjala, en lo que pueda, hacia el camino de la plenitud.

“Estoy plenamente convencido que en este momento somos los dueños de nuestro destino, que la tarea que se nos ha impuesto no es superior a nuestras fuerzas y que sus acometidas no están por encima de lo que somos capaces de soportar.  Mientras tengamos fe en nuestra causa y una indeclinable voluntad de vencer, la victoria estará a nuestro alcance.”  
Churchill.


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