martes, 30 de marzo de 2021

Folleto 224

Ejercicio VANO



VANO es el acrónimo, palabra formada por las iniciales de otros vocablos, que nos recuerda una técnica que nos puede ayudar para la resolución de algunos problemas. 

Este acrónimo está constituido por : V de Ver, A de Aceptar, N de Nutrir y O de Olvidar.

Ver: ¿Cuál es el problema? Especificarlo lo más concretamente que podamos. Me han tratado mal, me he equivocado en tal cuestión, me siento asustado, cansado, sin ganas de nada, etc. Ver qué es lo que me está ocurriendo externa e internamente. Definirlo e intentar darle una puntuación según su gravedad del 1 al 10.

Aceptar: Mirar el problema de frente. Esto es lo que está sucediendo, no me quiero engañar ni quiero ocultarlo. Me encuentro sin dinero, me duele la cabeza, tengo una grave enfermedad, me siento solo... Aceptar significa que la realidad es lo que está sucediendo en este instante, lo que es, es lo que es. 

Nutrir: Alejarse mentalmente del acontecimiento, como si lo que estuviera pasando le sucediese a una persona independiente de mi, que está enfrente y le está ocurriendo este suceso específico. Nutrir significa alimentar. Ofrecer a esa persona, toda mi ayuda posible para solucionar esta dificultad. En definitiva lo que estamos haciendo es tratarnos con bondad, con cariño; hay muchas palabras para intentar definir esa actitud, palabras que suelen estar gastadas pero que procuran reflejar una forma de comportarnos, de “nutrir” al que está hambriento. Aquí entra en juego las diferentes posibilidades que durante siglos han construidos las religiones y psicologías: ver al otro como a un hermano, ver lo positivo de lo que ocurre, si el asunto está bajo mi control o no, pero en síntesis, es tratar bondadosamente a la situación. 

Olvidar: Una vez que hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano para solucionar el problema, para nutrirlo, con las herramientas que tenemos, hay que olvidarlo, pasar página, no pensar continuamente sobre él, no rumiarlo al estilo vaca y darle más y más vuelta. Distráigase, piense en otra cosa. Cambie de escenario. No es fácil pero se puede aprender y es imprescindible. Somos, en gran parte, lo que pensamos y si no salimos del fango, continuaremos enfangados.

VANO nos recuerda también un aforismo bíblico: “vanidad de vanidades, todo es vanidad”. La mayor parte de las preocupaciones son niñerías. ¿Quién se acordará dentro de diez años del, aparentemente, enorme problema que me aqueja en este momento? Relativizar la situación, ponerla en comparación con otros problemas de la humanidad... Los humanos solemos usar la lupa frecuentemente para aumentar las dificultades, puede que en situaciones muy especiales, la lupa sea importante, pero fácilmente exageramos su uso.

La próxima vez que se enfrente a una dificultad, utilice el método VANO. Posiblemente le ayudará.

Saludos.


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