viernes, 2 de agosto de 2019

Folleto 180

Fronteras emociales (II)



Un examen sobre la humanidad y su historia nos revela que vivimos en un mundo con mucho sufrimiento. Y, actualmente, con la facilidad de los medios de comunicación, el caos y el desorden parecen aparentemente todavía mayores porque cualquier acontecimiento catastrófico que suceda en el planeta, por pequeño que sea, pasa de una manera inmediata a los titulares de los periódicos, radio, televisión e internet.
 
Cómo elegimos responder a las realidades difíciles que nos rodean es crucial. Sin embargo, no todos tenemos la capacidad o la oportunidad de influir sobre los grandes problemas mundiales, pero podemos comenzar barriendo la puerta de nuestra casa. Ante el caos del mundo, nuestra mayor y mejor contribución para ayudar a resolver los conflictos es despertarnos, crecer psíquica o espiritualmente. Romper los condicionamientos disfuncionales, las malas conductas, sacar la basura que hemos estado acumulando en nuestra casa a lo largo de los años, a veces sin darnos cuenta, y ser conscientes de que no hay acción pequeña: muchos granos de arena forman una playa. Dejar de hacer algo bueno por ser una acción pequeña es una gran equivocación.      

Frecuentemente, invadimos las fronteras de las personas con las que convivimos, entramos sin consideración en su intimidad con observaciones, palabras, actos, que los lastiman e hieren rompiendo la sintonía con ellos.

Usamos expresiones que por el solo hecho de decirlas, crean un muro entre las personas que están debatiendo cualquier tema; malas fronteras que forman automáticamente un ambiente de negatividad entre ellos. Es mejor permanecer en silencio que decir algunos comentarios inapropiados. Veamos algunos errores que cometemos en una conversación:

1.- No se ponga nervioso, mantenga la calma. (Usada frecuentemente por los políticos en los debates televisivos para degradar al oponente)

2.- Relájese. (¿Eso me ayuda a relajarme?)

3.- No sobreactúe. (¿Estoy haciendo teatro?)

4.- Usted es demasiado sensible. (¡Caramba! ¡Me está sacando sangre!)

5.- No llore. (¿Por qué no?)

6.- No se lo tome como algo personal. (Casi todo es personal)

7.- No se lo tome tan seriamente, no es para tanto. (Puede que sea irrelavante para usted, para mí es muy serio)

8.- Hay otras personas que lo pasan peor que usted. (¡Vaya consuelo!)

9.- El destino lo ha querido, Dios lo ha querido. (No me gusta ese dios)

10.- Todo sucede por una razón. (¿De verdad? ¿Cómo lo sabe?)

11.- Él/ ella, está ahora en un lugar mejor (¡Qué bromista! No hay nada como morirse)

12.- Lo que sea, será... (Determinismo puro)

13.- Debe ser hormonal. (muy paternalista)

14.- Yo, con tu edad, ya había coseguido... (Usted era muy listo entonces, porque ahora...)

15.- Es cuestión de suerte. (¿Yo no he contribuido en nada?)

16.- Perdóneme, me ha surgido algo muy importante, ya le llamaré y nos pondremos en contacto (¡Que pena no ser tan importante para usted como esa otra persona!)

17.- ¿Cómo se siente?  (¿Es que no tiene ojos o inteligencia para verlo  o no presta atención?)

18.- Ridiculizar caracteristicas físicas o psíquicas (usted está demasiado gordo, feo, egoista, narcisista, etc.  Recursos oratorios ad hominem, muy pobres)

19.- ¿Estás con la regla?

20.- ¿Te ha pasado algo en la oficina?

21.- Y tú mas. (puesta en marcha del ventilador de porquería)

22.- Te lo dije, te lo advertí, y no me hiscistes caso, ahora paga las consecuencias.

Pequeños cambios que le ayudarán a respetar las fronteras de la intimidad de la otra persona y le mantendrán con el rumbo hacia el norte.

Los mamíferos mentales si pueden cambiar de opinión, de conducta, pueden cambiar su vida como afirmaba William James. 


Notas tomada de:
Barbara Greenberg, Ph.D. En Psychology today.
Dawa Tarching Philips en la revista Trycicle
Entrevista de Jamie D. Auten con Belinda Bauman en P.T.

Imagen de entrada de "El Roto", www.elpais.com

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