Dos preguntas que le ayudarán a conocer a una persona
Son preguntas que se pueden hacer principalmente a adolescentes para conocer un poco su carácter, pero también, es posible planteárselas a personas de más edad siempre que se tenga confianza con ellas.
La primera pregunta es: "¿Cuáles son las tres características que más te gustan de tu persona, de tu vida?"
Las respuestas a esta pregunta pueden ser reveladoras para conocer las cualidades de una persona.
Si la respuesta es por ejemplo: “Soy un buen deportista y el mejor de mi clase en matemáticas, además, soy la persona más popular de mi curso”. O si es una persona mayor: “Soy el director de mi empresa, he conseguido bastante dinero y pertenezco al club “X” donde solo entran lo mejor de lo mejor”. Son respuestas que nos indican que su identidad y por lo tanto su autoestima, se basan en logros externos, en lo que tienen y en lo que hacen. Una identidad y autoestima muy frágil, que se quebrará, sin duda, cuando deje de conseguir o pierda esos logros por circunstancias adversas.Si la respuesta es por ejemplo: “Creo que soy una persona cariñosa, con sentido del humor y bastante trabajadora”, nos indica que esta persona, adolescente o mayor, basa su identidad y su autoestima en elementos independientes de lo que tenga o del puesto que consiga en la sociedad; es una persona mucho mejor preparada para soportar cualquier obstáculo que se le presente en su vida.
Indudablemente que necesitamos elementos externos para sobrevivir: ropa, comida, estatus social, etc., etc., pero mi profunda identidad no está sustentada por estos elementos tan aleatorios y circunstanciales que muchas veces no depende de nosotros sino de casualidades incontrolables.
La segunda pregunta es: "¿Cuáles son las tres características que menos te gustan de tú persona?"
La respuesta nos indicará las vulnerabilidades que cada uno cree tener, los puntos más débiles en la relación con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
Una persona que indique que no posee puntos débiles nos manifiesta un trastorno, más o menos profundo, de narcisismo y de falta de autoconocimiento, de esconder inseguridades, a veces de manera inconsciente, y de no querer afrontar la realidad. Si por el contrario afirma que “soy impaciente”, “a veces me pongo de mal humor y trato mal a las personas”, “soy perezoso”, nos muestra una visión realista de sus defectos y la posibilidad de fortalecerlos para construir una persona más sólida.
En la larga travesía para conseguir una personalidad sana y fortalecernos de dentro hacia fuera, no resisto citar a Erich Fromm:
“Una persona sana reúne cualidades en los aspectos físicos, emocionales e intelectivos, manteniendo una relación armónica entre ellos. Su relación consigo mismo y con el mundo a su alrededor, personas y cosas, es amorosa, y usa su inteligencia para conocer lo más objetivamente posible a sí mismo y a la realidad sin engañarse por dura que sea, aceptándose como es pero sin negarse a sueños de como puede ser. Obedece y acata a la jerarquía racional que sea coherente con su conciencia, y no se somete a las imposiciones autoritarias que intentan manipularle o ir contra su conciencia. Tiene una visión transcendente de la vida no permaneciendo encerrado en su mundo particular. Su identidad se edifica por encima de lo que tiene o hace y sus propósitos se equilibran entre su bienestar y el bien común. Mientras vive sigue desarrollando sus aptitudes y no se identifica tanto por su edad biológica como por su desarrollo integral. Cuando le llega la hora de su muerte la mira de frente con la dignidad de que ha hecho en su vida todo lo que ha podido.”
Una buena meta. Saludos.
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