sábado, 24 de octubre de 2020

Folleto 216

 Multitarea


¿Cansado, sin ganas de hacer nada, de mal humor, con estrés?  Mantener el equilibrio de ánimo es una tarea muy difícil debido al incesante bombardeo de estímulos internos y externos que nos desequilibran; es parecido al caso del funambulista que camina sobre un cable entre dos columnas  intentando no caerse o a la llama de una vela colocada en el hueco de una puerta vulnerable a todos los vientos de las circunstancias.

Una de las posibles causas de su malestar puede ser debido a la “multitarea” a la que está sometido.

Se entiende por multitarea la conducta del que realiza diferentes actividades simultáneamente. Es un término que viene de los ordenadores: son capaces de hacer varias tareas al mismo tiempo.

La imagen que nos acude a la cabeza es la de madre de familia que con una mano prepara el desayuno para los que van a ir al colegio, con la otra escribe un correo electrónico, responde a una llamada en el móvil  y, al mismo tiempo, intenta evitar que el niño pequeño tenga un accidente.

También se puede dar el caso de multitarea  en muchos hogares debido a la pandemia actual y la necesidad de compaginar el teletrabajo, el cuidado de los niños, las obligaciones domésticas y veinte mil cosas más aderezadas al mismo tiempo  con la incertidumbre de que lo que parecía algo provisional parece que no se acaba nunca y no tiene fin. Este panorama se agrava en las familias monoparentales (cada vez más numerosas) en las que una sola persona sin pareja, se tiene que hacer cargo de mantener la casa a flote (sobre todo mujeres), o en caso de estar emparejados, uno de los cónyuges, que hasta hace pocos solía ser el varón, no colabora en la labor.

Los experimentos realizados para examinar la eficacia de la multitarea nos muestran que esta puede ser eficaz siempre que los elementos a realizar no entren en conflictos unos con otros y que estén perfectamente delimitadas las acciones que tengamos que ejecutar y que no existan interferencias mutuas. Si estas tareas  originan “invasiones de zona” y son antagónicas, los experimentos nos muestran que no podemos prestar la atención suficiente al mismo tiempo a dos o más actividades distintas y  las consecuencias son  ataques de ansiedad, aumento de malestar, incremento de los sentimientos de culpa, desesperanza, reducción de los niveles de confianza, serenidad, optimismo, energía y disminución de la capacidad de recordar al resentirse la memoria, además de pérdida de tiempo y de múltiples errores debido a la imposibilidad humana de prestar atención suficiente y de concentrarnos en varias tareas simultáneamente. Cuando estamos sometidos a mucha presión, cuando intentamos hacer muchas cosas al mismo tiempo, nuestro cerebro no puede filtrar bien aquello que es urgente de lo que es necesario. Cuando caemos en la trampa de la multitarea entre acciones antagónicas, el resultado más probable es acabar “quemados”, un trastorno cada vez más común en el trabajo y en casa.  

Hay tareas que se pueden simultanear como lavar platos y escuchar música, pero otras no son compatibles como leer el periódico mientras se conduce; se hace mal y se originan más problemas. La solución para acabar con esta trampa de la multitarea entre acciones antagónicas consiste en transformar la multitarea en distintas acciones, es decir, convertir la multitarea en tareas sucesivas: desconectar completamente entre unas y otras y dedicarles a cada una la debida atención plena, algo parecido a los compartimentos estancos de los buques capaz de separar distintos compartimentos. Cuando estemos ejecutando un trabajo y algo nos interrumpe, debemos decir con voz de sargento inflexible: “Espere, cuando termine esta actividad le prestaré atención, ahora mismo no puedo”.  Es aprender a decir no. Colocar cada cosa en su sitio, una detrás de otra y defender las fronteras de forma disciplinada. Si se hace con tacto y buen humor, se llama negociar. Como dice el refranero popular: “No se puede estar en misa y repicando”

Para conseguirlo es esencial ordenar los asuntos por prioridades y dedicarles el tiempo que consideremos oportuno a cada materia. Estructurar horarios y no permitir que se extralimiten fuera de su zona de acción (evitar responder a tres teléfonos al mismo tiempo, llevar trabajo a casa, trabajar mientras se come, no tener tiempo de juego o descanso...). 

A la hora de estructurar el tiempo en  orden de prioridades, aconsejo realizar las más importantes o desagradables al principio, así se evita que al final de la jornada se termine con la sensación de no haber aprovechado bien el tiempo.

Recuerde, evite caer en la trampa de la multitarea y concéntrese en lo que esté haciendo aquí y ahora.

Saludos.

(*) Imagen de entrada tomada de https://www.eluniversal.com.co/salud/consejos-y-terapias-para-las-mujeres-multitareas-JB3164812

No hay comentarios:

Publicar un comentario