Déficit de atención
Las personas cometemos múltiples errores y una de las causas de estos fallos es porque no prestamos suficiente atención a lo que estamos haciendo, ya sea por rutina o por incapacidad de grabar la información que estamos recibiendo: no recuerdo donde he dejado las gafas, las llaves de casa, el libro que estaba leyendo. El asunto se hace más desagradable cuando no puedo recordar donde he estacionado el coche en un aparcamientos de varios pisos. El déficit de atención, suele ser un problema muy frecuente que todos solemos tener en mayor o menor cuantía, haciéndose un trastorno bastante incómodo cuando este déficit es muy alto.
James Clear, psicólogo americano, en su libro “Atomic habits”, nos presenta una técnica muy interesante para paliar esta dificultad, que es muy utilizada en Japón y se está extendiendo en occidente y que se titula: “Pointing-and-Calling”: señalar y nombrar.
En esencia se trata de señalar el objeto que tenemos entre manos, la conducta que estamos haciendo, con un gesto y decir su nombre en voz alta. Por ejemplo:
“Levanto las manos y cuelgo las llaves en el gancho de la puerta”
Parece una cosa estúpida pero es una técnica que reduce drásticamente los olvidos por falta de atención y según afirman los expertos reducen los errores hasta en un 85% y los accidentes laborales en cerca del 30%.
En realidad lo que estamos haciendo es pasar de lo inconsciente rutinario, dejar la llave en cualquier sitio, a lo consciente, utilizando el filtro del uso de varios sentidos conjuntamente: ojos, manos, voz y oído, lo que hace que la información se grabe más profundamente en nuestra memoria, nos damos cuenta de lo que estamos haciendo y pasamos de la no atención a la atención.
Mientras nuestra conducta sea más automática y rutinaria, menos atención prestamos a lo que estamos haciendo, menos atención y menos memoria. El error nos está acechando a la vuelta de la esquina.
Los pilotos de aviones, tienen un esquema de todo lo que tienen que hacer antes de iniciar el despegue de la pista. Repasan en voz alta, una a a una, la larga lista de comprobaciones y operaciones exigidas para que todo esté preparado y a punto.
Utilice una lista de comprobación para las operaciones rutinarias que hace frecuentemente, se hará más consciente de sus hábitos. La lista puede estar escrita hasta que se la aprenda de memoria.
Cuando voy a ducharme siempre se me olvida algo, a veces hasta la toalla para secarme. La próxima vez que me duche señalaré y repasaré en voz alta la lista de cosas que necesitaré: toalla, zapatillas, champú, ropa limpia, etc.
Al salir de casa tendré una lista de necesidades: todo apagado, perro fuera en el jardín, cerrar con llave, gafas para leer, gafas de sol, llaves coche, cartera, móvil, etc., las señalaré y nombraré.
Los estudiantes que padecen un déficit de atención y tienen bajo rendimiento escolar, suelen ser etiquetados como niños vagos, desinteresados o desmotivados, no siendo este el caso, sino que no les funciona correctamente o les falta la herramienta de la memoria de trabajo a corto plazo, no han prestado la atención necesaria para grabar sus deberes. Es muy importante para ellos el uso de agendas donde se especifique las tareas que tienen que hacer, las asignaturas que tienen que preparar el día de mañana, etc., y repasar el ritual de lo que deben introducir en su cartera o mochila antes de ir al colegio, para que no olviden en casa el trabajo que han estado haciendo la noche anterior, el bocadillo o el dinero para el autobús.
Si no quier pasar otra vez por el mal rato de buscar por todas partes sus llaves perdidas, adquiera el buen hábito del “Pointing-and-Calling”: señalar y nombrar.
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