Dirija su mirada
William Hill tiene un dibujo muy conocido que se titula “Mi esposa y mi suegra” donde según focalicemos la mirada encontramos la figura de una chica joven o, por el contrario, el de una señora mayor. Al principio cuesta un poco de trabajo diferenciar ambas imágenes, como pista para ver a la señora mayor, intente dirigir la mirada hacia su barbilla que se sitúa debajo del collar de la chica.
Lo que el dibujo intenta resaltar es una actitud que los estoicos propagaron hace algunos siglos: "Cuando cambias la forma de ver las cosas, cuando cambias sobre qué enfocas tu atención, las cosas que miras cambian".
Si nos fijamos solamente en los detalles negativos de una situación, construimos el pensamiento de que todo el problema (el que sea) es mucho más terrible de lo que realmente es. Generalizamos la situación ("siempre será así, nunca solucionaré el obstáculo, jamás cambiaré..."), exageramos lo negativo ("esto es tremendo e insoportable, no sé si podre superarlo, vaya problemón..."), tapamos lo positivo que puede esconder porque somos incapaces de ver otros aspectos del contratiempo (todo es horrible sin nada bueno...) y seguidamente nos culpamos a nosotros mismos o al mundo que nos rodea. Llamo a esta situación con la nemotecnia de “caer en manos de la GESTAPO” (Generalización, Tapar lo Positivo)
Es una actitud que amputa uno de nuestros principales mecanismos de defensa del “yo” ante un mundo hostil: suprime la esperanza, la fuerza motivadora de nuestro sistema inmunológico psíquico. Esto nos lleva a la inacción (para qué esforzarme si no voy a conseguir nada), la depresión o a la frustración que origina una gran violencia hacía mí o hacia alrededor.
¿Qué puedo hacer en esta situación?
Físicamente: haga ejercicio físico, relativamente fácil aunque pueda ser incómodo, donde usted se dé cuenta de que es capaz de controlar la situación; por ejemplo: haga la cama, limpie los zapatos, friegue los platos, barra... Usted le está mostrando a su “yo” infantil (que es quien gobierna en estos momentos su estado de animo), que tiene capacidad suficiente para poner orden y disciplina. Le recomiendo el vídeo del almirante William Mc Craven donde ofrece esta solución. https://www.youtube.com/watch?v=pxBQLFLei70
El ordenar su entorno físico refuerza su actitud mental.
Emocionalmente: evite las noticias desastrosas (ver folleto 207). Concentre su atención en aspectos motivantes: música, lectura, vídeos, películas, etc.
Intelectualmente: Haga un crucigrama, un problema matemático, aprenda una poesía, canción, alguna frase de memoria, juegue al ajedrez con el ordenador, etc. ¡Distráigase! Es el sonajero para que el niño pequeño no llore.
Espiritualmente: Busque motivación. Si es religioso en su religión, si es político en algún aspecto de la política que le dé fuerzas, o en algún aspecto a su alrededor que le pueda dar ánimo: por ejemplo entre en TED y contemple las presentaciones más populares. https://www.ted.com/playlis%E2%80%A6/%E2%80%A6/the_most_popular_talks_of_all
En las dietas, los expertos aseguran que somos lo que comemos; no le quepa la menor duda, en el aspecto anímico sucede exactamente igual: somos lo que observamos, sobre lo que focalizamos nuestra atención, lo que elegimos. ¿A quién seguimos, escucharemos, obedeceremos? A todo tipo de amos si somos esclavos, pero si somos libres solo contemplaremos lo que realmente merece la pena.
Saludos.
NOTA: Ideas tomadas de John G. Cottone, Ph.D. Psycology Today y Albert Ellis: Terapia racional emotiva
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