Autocontrol (I)
Consejos para controlar nuestros impulsos
Una de las causas de nuestro sufrimiento es la falta de habilidad para controlar nuestros impulsos, esa fuerza interior que nos empuja con una gran fuerza e intensidad para conseguir metas sin medir inteligentemente las consecuencias a largo plazo que tiene nuestros pensamientos, sentimientos y conductas. Es lo que denominamos autocontrol o más familiarmente fuerza de voluntad.
El autocontrol es la capacidad de elegir entre distintas respuestas inmediatas aquellas que son las mejores a largo plazo, es lo que diferencia a los humanos del resto de seres vivos; el autocontrol nos permite planificar, elegir entre distintas alternativas y ante estímulos competitivos la respuesta que mejor nos garantizan la supervivencia y reproducción; el autocontrol evita las acciones cuyas consecuencias posteriores nos ocasionarán distintos tipos de problemas y dificultades. Es la vacuna contra los espejismos que nos prometen recompensas que luego no existen.
Los estímulos que nos rodean son innumerables y tienden a desviarnos, distraernos, de la meta marcada. Si tengo que realizar un trabajo nos asaltan las ganas de navegar por youtube, comer cualquier cosa, visualizar twitter o todavía más fuerte, probar alguna droga o alcohol para entonarnos. El fortalecer nuestro autocontrol, disciplina, control de impulsos o fuerza de voluntad (todo es lo mismo) es un elemento muy importante para regular nuestro comportamiento y bienestar. El fortalecimiento de la fuerza de voluntad no siempre es fácil, pero hacerlo puede mejorar significativamente la salud, el rendimiento en el trabajo y la calidad de vida.
Algunos consejos para aumentar nuestro autocontrol:
- Apretar los puños. O cualquier otro ejercício físico que nos recuerde que estamos al mando de nuestra volición. Un ejercició práctico en muchas situaciones, para algunas personas que cuando están coduciendo tienen miedo de perder el control y salirse de la carretera o atropellar a alguien: haga cualquier gesto como levantar un brazo, cerrar un puño, abrir la boca, que le recuerde a su yo interno que usted está al mando de la situación.
- Apague su móvil o sáquelo de la habitación donde esté trabajando, el móvil es un elemento de distracción muy importante.
- Sonría delante de un espejo o contemple algo divertido antes de ponerse a trabajar, el estado de ánimo distendido es de una gran ayuda para su fuerza de voluntad.
- Escriba notas en su mesa de trabajo, en la puerta, en la cocina, donde le recuerden cuales son sus prioridades y metas a conseguir. Recordar qué es lo que queremos nos ayuda a dirigirnos a ese fin.
- No se autocastigue indiscriminadamente cuando ceda ante una tentación. Cambie el “si hubiera” por “la próxima vez”. La culpabilidad y autocompasión muchas veces son estériles. Dirija su esfuezo a no caer otra vez en la misma trampa.
- Tenga en cuenta que la fuerza de voluntad y autocontrol es “comos si” fuera una energía que se gasta. Después de estar sometido durante todo el día a estrés, presión y esfuerzo, es muy normal que al llegar a casa su “autocontrol” esté bajo mínimos. Conózcase a sí mismo y sepa hasta donde puede llegar, trátese con cariño.
- Divida el tiempo de trabajo en parcelas relativamente cortas y premiese con algún detalle cuando cumpla ese tiempo de esfuerzo. Vea el folleto "Pomodoro" (folleto 128 y folleto 129)
Practique la regla de los dos minutos (folleto 145), "Si puede hacerlo en menos de dos minutos no lo deje para después".
Tenga siempre presente el “para qué” de su esfuerzo y repáselo frecuentemente; quién tiene un “para qué” fuerte, no le importará el “cómo”, éste se le hará mucho más ligero. Tenga a la vista recuerdos de su fuerte motivación.
Juegue a cambiar sus rutinas: si es diestro intente escribir con la otra mano, si come con el lado derecho, cambie su forma de masticar; si siempre ve la televisión por la noche, intente leer una novela para cambiar, modifique sus posturas al sentarse. Estas disciplinas le ayudará a fortificar sus metas.
Nos ha tocado vivir en una cultura donde el control de impulso es muy difícil porque gracias a la tecnología, bendita tecnología, muchos elementos de nuestro entorno se consiguen al instante. Una pregunta se responde inmediatamente en internet, una persona se hace famosa instantáneamente en facebook, la gratificación es instantánea desde el sexo que vemos en las películas, la comida instantánea, el crédito inmediato hasta el viaje al fin del mundo en un vuelo barato. Todos estos elementos tienen sus ventajas e inconvenientes y uno de esos inconvenientes es la mala educación para controlar inteligentemente nuestros impulsos, raíz de casi todos nuestros problemas.
¿Cómo podemos medir nuestro autocontrol, nuestra fuerza de voluntad, nuestro control de impulsos? Lo veremos en el próximo folleto.
(*) Imagen de entrada tomada de: https://doist.com/blog/ambition-balance/
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