domingo, 6 de septiembre de 2009

PRÓLOGO

Si hay una característica del ser humano en que todos estemos de acuerdo es esta: Todos sufrimos. Lo enseñaba Buda hace dos mil seiscientos años; lo muestran todas las religiones; lo experimentamos en el S XXI. Todos sufrimos.

Se puede dejar de sufrir. Se puede aprender qué hacer para dejar de sufrir.


Como expresa el título, estos artículos son una exposición de temas básicos en el campo psicológico para aprender a eliminar el sufrimiento, son temas esenciales e indispensables para este fin. Es un aperitivo, un iniciar el camino, el llegar a la cumbre depende de cada uno. Fueron escritos para ser leídos independientemente unos de otros, por eso el nombre de “folletos”, posteriormente intenté que se continuaran aunque muchos siguen teniendo ese carácter individual y por esto no quise cambiarle su título original. Por supuesto, yo no he descubierto absolutamente nada, resumo e intento recoger lo que afirman los humanos más desarrollados psíquicamente de nuestro planeta.

La exposición de los distintos temas está hecha lo más sintética posible y en un lenguaje asequible. Todos los temas tienen un fondo común: están escritos desde la perspectiva de un creyente, porque para aclarar situaciones y no perder el tiempo, me declaro una persona creyente, me declaro una persona religiosa.

Hay muchos tipos de creencias; el creer en el teorema de Pitágoras, tiene su importancia, pero no afecta sustancialmente a mi conducta, a mi vida. Por el contrario, el tener la cabeza bajo el agua, no poder respirar, sentir que me asfixio y que necesito imperiosamente sacar la cabeza fuera para poder tomar aire, esa creencia, esa experiencia, si modifica mi conducta y vida.

Entiendo por ser creyente el poseer la convicción de que Dios existe y que nuestra consciencia posee las semillas (por muy ocultas y embarradas que puedan estar) de la Verdad, Bondad y Belleza; expresado en una imagen mítica: estamos hechos a imagen de Dios pues Dios es en esencia Verdad, Bondad y Belleza. Entiendo por ser religioso al intento de unirme, religarme, a la Verdad, Bondad y Belleza. Y por ser cristiano en la admiración hacia una persona que tomó partido por los excluidos del reparto, por los débiles sin fuerzas, por los “no necesarios” y tratados como “material sobrante”, que hizo frente a los opresores que los mantenían esclavizados, hasta el punto que los “religiosos y políticos” le mataron colgándolo de un madero mientras enseñaba un modelo de mundo en el que la respuesta a los problemas e injusticias se deben guiar por la Verdad, Bondad y Belleza, es decir, por el mundo de la consciencia, por el Reino de Dios. Y que la libertad y encontrar el “sentido” de la vida es posible.

Estoy de acuerdo, en parte, con los que afirman que el concepto de Dios es una proyección, más o menos consciente, de nuestros deseos y esperanzas; una simple creación simbólica humana. ¡Por supuesto! Son las herramientas con las que construimos nuestra realidad. La palabra “Dios” es una construcción humana. Los atributos de Dios son una proyección de los valores humanos. Todas nuestras creencias y doctrinas sobre Dios son creaciones humanas, no puede ser de otra manera porque somos humanos y solamente podemos pensar con mentes humanas. Las palabras, el vocabulario, es una creación humana. Todo esto lo sabemos desde Kant.

Pero al mismo tiempo Dios es algo mucho más; no es solamente consecuencia de mis proyecciones sino que se escapa a mi imaginación, artilugios y construcciones mentales, o dejaría de ser Dios. Y mantengo una lucha continua para separar mis ingenuas proyecciones, de la esencia de Dios. Espero no caer en la idolatría de imaginar ni por un momento que mi cosmovisión haya captado la esencia de Dios. Todo es una mera aproximación que va madurando con mi crecimiento. Dios no es esto.

No creo que el concepto de Dios sea solamente creación de la mente humana, sino que tiene existencia independiente de ésta (más o menos abstracta según el grado de evolución de la consciencia), aunque hay que descubrirlo: cómo la electricidad, cómo el oro. Creo que el sentimiento religioso anida en todos los hombres; con palabras distintas y conceptualizado con ropaje diferente, pero que en todos las personas hay sed de libertad, de plenitud, en definitiva: de Dios.

Intento articular mis convicciones en afirmaciones teológicas, pero reconozco que son muy pobres y al mismo tiempo, cambiantes, porque se deben adaptar a la evolución de mi consciencia y mi capacidad simbólica.

Pero lo fundamental, la creencia en la Libertad y en el “sentido de la vida”, es decir en la Verdad como apuesta por unos valores, como creencia y norte, en la Bondad como actuación de la Verdad y en la Bellezala Verdad y su actuación, es la esencia de Dios y permanecerán para siempre; y todo avance y cambio no debe ser sino en esa dirección, es decir, hacia Dios.

Creo así mismo, que todas las religiones no son sino intentos de llegar a Dios, y en ese sentido, todas son verdaderas aunque existen religiones más evolucionadas que otras, lo que no es motivo para despreciarlas. La distancia a otra religión más evolucionada que la mía debe ser, sin duda alguna, mucho más grande que la existente entre mis ideas y las más primitiva y supersticiosa que exista en el planeta. Si existe vida en otras galaxias, asunto hasta ahora no comprobado, sus creencias más evolucionadas, coincidirán en la búsqueda de la Verdad, Bondad y Belleza, aunque su ropaje y desarrollo pueda ser diferente...

Creo que Jesús, el fundador del cristianismo, es el reflejo de Dios. Resplandor de la gloria de Dios. Una ventana hacia el misterio de Dios. Su esencia es, separando las distancias, la esencia de Dios. Jesús hace real a Dios. En ese sentido es Hijo de Dios. Pero creo igualmente que Buda, Isaías, Rumi o cualquier otro gigante de la consciencia, también lo son. Igual que usted.

Las sagradas escrituras y las revelaciones, ya sean cristianas o de otras religiones, no son sino intuiciones de grandes personas guiadas por su unión con la Verdad, Bondad y Belleza, pero son creaciones humanas, en ningún sentido son dictadas literal y directamente por Dios a una persona (cómo si ésta fuera un magnetofón). Dios no interviene de esa forma en la historia pues se hace notar solamente a través de la Verdad, la Bondad y la Belleza; la plenitud de sentido. Los géneros literarios en que están escritos los textos de las distintas religiones deben ser examinados y explicados a la luz de la razón, la estructura más rica y compleja de todo el universo, y no pueden ir contra la razón. Y hay que distinguir la literalidad metafórica de esos textos, de la base empírica del mundo real y sus leyes que la ciencia nos ha enseñado a reconocer tras siglos de esfuerzos. El lenguaje cristiano en concreto: encarnación, milagros, resurrección, ascensión, trinidad, pentecostés, etc., intenta dar forma a una experiencia que es muy difícil de expresar y por lo tanto, no se puede aceptar literalmente. En la visión del mundo (el paradigma) actual occidental, estos fenómenos no tienen cabida, aunque sabemos que toda visión de la realidad puede cambiar y crecer. No es una visión de la realidad dogmática. Es la mejor que tenemos hoy.

En general, es una pérdida de tiempo el discutir si son galgos o podencos, el discutir si son ciertos o no los elementos que constituyen los fundamentos de cada religión. Lo único que crea es irritación y malos entendidos. Lo más importante en estos momentos es que todos los creyentes del planeta respetemos a los que no opinan como nosotros y nos podamos unir en realizar los objetivos de la Libertad: Verdad, Bondad y Belleza, en cada persona y en el entorno. En estas metas prácticas podemos coincidir, y hacia ellas deben estar dirigidos todos nuestros esfuerzos.

Tengo una gran admiración hacia las iglesias cristianas, a pesar de claros-oscuros, su labor humana es impagable. Quien haya visitado algunas de las cloacas humanas en cualquier parte del mundo se encuentra con la iglesia cristiana dando voz a los que no tienen voz y acogida a todos los excluidos del sistema. Se podrá ser cristiano o no, pero es de justicia reconocer la labor humanitaria del cristianismo en general y otras religiones.

¿Deísmo, platonismo dualista, relativismo, antropología y psicología new age? ¿Batiburrillo y mezcla de ideas? ¿Infantilismo incapaz de quitarse de encima vestigios religiosos? Es posible. Puede ser. Pero al mismo tiempo, quizás tenga yo algo de razón y pueda servirle a usted para orientarse un poco más en su vida, fortalecer su cosmovisión y evitarle sufrimiento. Mi interés es doble: por una parte que le sirva esta información y continúe comprando mis libros y segundo, como somos seres sociales, se experimenta una gran satisfacción cuando de alguna manera se ayuda a otros a evitar el sufrimiento.

Si leídos estos folletos considera que puede ayudarme a salir de mi confusión, por favor, no lo dude, escríbame a la dirección abajo indicada y le aseguro que examinaré sus opiniones para confrontarlas con las mías e intentaré elegir la mejor. Gracias.

Levántate, mira y busca a la Verdad, Bondad y Belleza, es decir, a Dios; existe. Aunque sea difícil verlo, existe. Y es posible encontrarlo.

El hombre es un proyecto de madurez, de plenitud. Es un proyecto de la búsqueda de la consciencia, de la libertad, del sentido de la vida.

Somos peregrinos hacia la Verdad, la Bondad y la Belleza; es decir, hacia Dios.

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