Somos energía que vibra con una frecuencia.
Todo es energía. La energía vibra en una frecuencia. Aunque no lo percibamos con los sentidos primarios como la vista o el oído, estamos rodeados de objetos que están vibrando con una frecuencia determinada igual que nosotros, y estas energías vibratorias, las nuestras y las ajenas, se entrelazan unas con otras y se influyen respectivamente.
Al ser tú energía, también vibras en una frecuencia. Como afirma Dyer, eres la torre de transmisión más potente del Universo; y lo que determina tu frecuencia y energía en cualquier momento son tus pensamientos, sentimientos, conductas y las circunstancias que te rodean. Todos los objetos a tu alrededor son energía, por lo tanto también vibran y están influenciando en nuestro nivel vibratorio.
Uno de los elementos de la sabiduría consiste en evitar todos los pensamientos, sentimientos, conductas, situaciones, que nos debiliten, que nos quiten energía, nivel vibratorio, poder, fuerza, control. Y en potenciar pensamientos, sentimientos, conductas, situaciones, que nos ofrezcan aumentar nuestro nivel de vibración, poder, fuerza, control. Busquemos situaciones que aumenten nuestro nivel vibratorio energético y no la disminuya. Busquemos personas, lugares, acontecimientos que no nos quiten energía, sino que la fortalezcan.
Todos tenemos la experiencia de haber estado con personas o situaciones que nos han dejado tristes, exhaustos, sin fuerzas; son como personas vampiros que nos han absorbido la sangre psíquica, la sangre espiritual. Igualmente tenemos el recuerdo de haber tenido contacto con otras personas o situaciones que nos han dejado alegres, fuertes, animosos. Podemos definirlos de una manera sencilla en clave de vibraciones energéticas. Son personas o situaciones que han conseguido bajar o subir nuestros niveles vibratorios, nuestra energía. Igualmente una ley que parece universal es que los iguales se atraen. Las personas con las que más te encuentras y simpatizas están en tu misma órbita, en tu mismo nivel energético.
No enfoques tu mente en acontecimientos negativos: batallas, peleas, derrotas. Recuerda, enfoca tu atención inteligentemente, en sucesos que te motiven. Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o alegre. Llénate, después rebosa para dar a los demás.
Afirmaba la Peregrina de la Paz: “a quienes se sienten deprimidos, yo les diría: trata de mantener tu ambiente lleno de música bella y lindas flores. Trata de leer y memorizar pensamientos inspiradores. Trata de hacer una lista de todas las cosas que posees por las cuales deberías estar agradecido. Si hay alguna cosa buena que siempre has querido hacer, comienza a hacerla. Hazte un horario de actividades significativas y atente a ese horario.” Es exactamente lo mismo que hace quinientos años aconsejaba Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales: cuando estés mal, “Opositum per diametrum”, haz lo contrario de lo que te pide tu estado de ánimo. En definitiva, estamos intentando elevar nuestro nivel de energía, nuestro campo vibratorio.
Hay que regular, aumentar, la energía que tenemos. Si necesitamos alimentar diariamente nuestro cuerpo, igualmente es indispensable alimentarlo psíquicamente, energéticamente: diariamente, semanalmente, mensualmente, anualmente.
Diariamente dedicarnos unos momentos de silencio, retiro, meditación. Semanalmente: Un día de descanso. Mensualmente: un día de retiro. Anualmente: una semana de ejercicios psíquicos o espirituales. Si revisamos nuestros coches, ¿no mantendremos nuestra psique, nuestra alma?
Te aseguro que aunque haya una guerra, tienes la opción de sentirte bien. Si la economía se hunde, tienes la opción de sentirte bien. Ante cualquier desastre, tienes la opción de sentirte bien.
Te puedes preguntar si el sentirte mal te puede ayudar. Verás que lo único que consigues es caer en picado en la ansiedad, la depresión y desesperación. ¿En cuál de mis pensamientos, conductas, situaciones, elegí sentir el conflicto en lugar de la paz? Sin embargo, como afirman tantos atletas psíquicos, puedo elegir la paz en vez del conflicto. En su lugar pregúntate que pensamiento, conducta, situaciones, puedes tener, buscar, para sentirte bien y empezarás a experimentar un cambio en tu estado emocional.
Los tristes infieren cosas tristes del pasado, presente y futuro, se rodean de cosas tristes. Los alegres, de elementos alegres. La única diferencia entre ellos es la actitud que tienen.
Así pues, un elemento de la sabiduría consiste en evitar todo aquello que nos debilite, que disminuya nuestro nivel energético vibratorio, dentro y fuera de nosotros, y potenciar lo que nos fortalezca.
Al ser tú energía, también vibras en una frecuencia. Como afirma Dyer, eres la torre de transmisión más potente del Universo; y lo que determina tu frecuencia y energía en cualquier momento son tus pensamientos, sentimientos, conductas y las circunstancias que te rodean. Todos los objetos a tu alrededor son energía, por lo tanto también vibran y están influenciando en nuestro nivel vibratorio.
Uno de los elementos de la sabiduría consiste en evitar todos los pensamientos, sentimientos, conductas, situaciones, que nos debiliten, que nos quiten energía, nivel vibratorio, poder, fuerza, control. Y en potenciar pensamientos, sentimientos, conductas, situaciones, que nos ofrezcan aumentar nuestro nivel de vibración, poder, fuerza, control. Busquemos situaciones que aumenten nuestro nivel vibratorio energético y no la disminuya. Busquemos personas, lugares, acontecimientos que no nos quiten energía, sino que la fortalezcan.
Todos tenemos la experiencia de haber estado con personas o situaciones que nos han dejado tristes, exhaustos, sin fuerzas; son como personas vampiros que nos han absorbido la sangre psíquica, la sangre espiritual. Igualmente tenemos el recuerdo de haber tenido contacto con otras personas o situaciones que nos han dejado alegres, fuertes, animosos. Podemos definirlos de una manera sencilla en clave de vibraciones energéticas. Son personas o situaciones que han conseguido bajar o subir nuestros niveles vibratorios, nuestra energía. Igualmente una ley que parece universal es que los iguales se atraen. Las personas con las que más te encuentras y simpatizas están en tu misma órbita, en tu mismo nivel energético.
No enfoques tu mente en acontecimientos negativos: batallas, peleas, derrotas. Recuerda, enfoca tu atención inteligentemente, en sucesos que te motiven. Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o alegre. Llénate, después rebosa para dar a los demás.
Afirmaba la Peregrina de la Paz: “a quienes se sienten deprimidos, yo les diría: trata de mantener tu ambiente lleno de música bella y lindas flores. Trata de leer y memorizar pensamientos inspiradores. Trata de hacer una lista de todas las cosas que posees por las cuales deberías estar agradecido. Si hay alguna cosa buena que siempre has querido hacer, comienza a hacerla. Hazte un horario de actividades significativas y atente a ese horario.” Es exactamente lo mismo que hace quinientos años aconsejaba Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales: cuando estés mal, “Opositum per diametrum”, haz lo contrario de lo que te pide tu estado de ánimo. En definitiva, estamos intentando elevar nuestro nivel de energía, nuestro campo vibratorio.
Regulación de energías
Hay que regular, aumentar, la energía que tenemos. Si necesitamos alimentar diariamente nuestro cuerpo, igualmente es indispensable alimentarlo psíquicamente, energéticamente: diariamente, semanalmente, mensualmente, anualmente.
Diariamente dedicarnos unos momentos de silencio, retiro, meditación. Semanalmente: Un día de descanso. Mensualmente: un día de retiro. Anualmente: una semana de ejercicios psíquicos o espirituales. Si revisamos nuestros coches, ¿no mantendremos nuestra psique, nuestra alma?
Te aseguro que aunque haya una guerra, tienes la opción de sentirte bien. Si la economía se hunde, tienes la opción de sentirte bien. Ante cualquier desastre, tienes la opción de sentirte bien.
Te puedes preguntar si el sentirte mal te puede ayudar. Verás que lo único que consigues es caer en picado en la ansiedad, la depresión y desesperación. ¿En cuál de mis pensamientos, conductas, situaciones, elegí sentir el conflicto en lugar de la paz? Sin embargo, como afirman tantos atletas psíquicos, puedo elegir la paz en vez del conflicto. En su lugar pregúntate que pensamiento, conducta, situaciones, puedes tener, buscar, para sentirte bien y empezarás a experimentar un cambio en tu estado emocional.
Los tristes infieren cosas tristes del pasado, presente y futuro, se rodean de cosas tristes. Los alegres, de elementos alegres. La única diferencia entre ellos es la actitud que tienen.
Así pues, un elemento de la sabiduría consiste en evitar todo aquello que nos debilite, que disminuya nuestro nivel energético vibratorio, dentro y fuera de nosotros, y potenciar lo que nos fortalezca.
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