miércoles, 25 de julio de 2018

Folleto 155

Violencia doméstica




Los periódicos nos muestran frecuentemente noticias de casos de violencia, de maltrato de un miembro de la pareja a la otra, con resultado muchas veces muy trágico, incluso con la muerte de uno de ellos. Una persona, el maltratador, hace daño a otra persona, el maltratado.

El maltratador puede ser cualquier miembro de la pareja: hombre o mujer; hay más probabilidad que sea varón, pero no hay que excluir a las mujeres.

El maltrato no se circunscribe al caso de las parejas; el maltrato es mucho más amplio y lo podemos observar entre hermanos, padres e hijos, hijos y padres, amigos, compañeros de colegio, jefes con subordinados, países con países, etc.

Aquel que tiene la fuerza se salta las reglas de la convivencia entre iguales, se aprovecha de la situación y trata mal al débil. Quizás el maltrato no sea de la intensidad y reiteración suficiente para acudir a la policía, pero interesa conocer los hechos y matices para definir la mala conducta como maltrato

Hay que distinguir claramente entre maltratador y maltratado. Hace falta una persona que trate mal, el maltratador, y otra que se deje tratar mal, el maltratado.  Frecuentemente el maltratado no puede defenderse del agresor o no sabe, por mala educación, que es objeto de maltrato y no le hace frente.

Las formas de violencia pueden ser:

Físicas: lesiones corporales de todo tipo.

Psicológicas: humillaciones, críticas exageradas, lenguaje soez y humillante, impedir la toma de decisiones etc. Más abajo las examinaremos más detenidamente.

Una de las características del maltrato es que el maltratador intenta tratar al débil, al maltratado, como si no fuera una persona, intenta deshumanizarla, convertirla en una especie de animal inmundo o en cosas. El maltratador suele referirse al maltratado como si fuera un virus que infecta a los demás: “los inmigrantes infectan al país”es un comentario que se puede escuchar en la calle.

Europeos y árabes contemplaban a los africanos como subhumanos para justificar esclavizarlos. Los nazis tildaban a los judíos de "ratas" y "sabandijas" para acabar con ellos y, en Ruanda, los hutus llamaban a los tutsis "cucarachas" para diferenciarlos y eliminarlos. La historia de la humanidad está llena de estos apelativos deshumanizantes.
Le presento unos casos para que los examine y compruebe si algunas de estas acciones se repiten en su vida y deduzca de ello si usted no está siendo tratado correctamente. Porque usted tiene el derecho a que se le respete debido a su dignidad como persona.

Algunas acciones de los maltratadores:

 1.-Insultos y gritos. La persona que realiza el maltrato psicológico suele tratar a la victima de manera despectiva, le grita, le insulta, se enfada, suele menospreciar sus capacidades, y ridiculizarla; todo lo hace mal y es torpe. Lo más grave de esta situación es que, generalmente, la víctima llega al punto de convencerse de que esto es verdad y asume la culpa de la situación.

2.- Celos excesivos. La víctima es considerada como un objeto de su posesión, la cual es controlada y dominada por el maltratador. El maltratador se pone celoso y puede llegar a provocar una pelea. Incluso, puede llegar al punto de decidir cómo se debe vestir y arreglar para cada ocasión.

3.- Aislamiento. Quien ejerce el maltrato psicológico, suele limitar el tiempo de contacto de la víctima con sus familiares y amigos. Suele realizar comentarios despectivos acerca de los vínculos que tiene e incluso llega al punto de insultar a sus seres queridos. Ignora a la persona maltratada, se muestra indiferente o la castiga con el silencio, la humilla y desautoriza delante de hijos y conocidos.

4.- Amenazas. Continuamente el maltratador amenaza con abandonar e incluso con llegar a la violencia física con la pareja o hijos. Muchas veces, ejerce violencia contra objetos que se encuentran a su alcance: los rompe o los tira para intimidarla.

5.- Persecución. Es común que la persona que maltrata psicológicamente espíe y controle todos los movimientos que hace la persona maltratada. Puede llegar al punto de seguirla, revisar su correo, su teléfono móvil, diario íntimo, entre otros.

6.- Presión emocional y sexual. El maltratador suele generar sentimientos de culpa a la persona para lograr sus objetivos. Da órdenes y decide lo que la pareja  tiene que hacer.  El  presionado/maltratado cede incluso en tener relaciones sexuales o realizar determinadas prácticas, a su pesar, por miedo a las consecuencias.

7.- Restricciones económicas y laborales. El maltratador suele controlar la economía del hogar, evitando así cualquier tipo de independencia de la víctima. Al mismo tiempo, desvaloriza continuamente las capacidades laborales de la víctima presionándola para que no logre avances profesionales.

8.- Agresiones físicas.  Más o menos graves y que pueden llevar al riesgo de muerte.
¿Se refleja usted en algunos de estos casos? Si es así defiéndase, si es usted una persona que no puede sola, pida ayuda y si la violencia es extrema, denuncie al agresor y avise a la policía.

El primer paso hacia la libertad es no dejar que le pisoteen. Promover la paz significa construir una civilización basada en la igualdad de derechos entre las personas que nos conduzca a la fraternidad,  la justicia y, por lo tanto, hacia la paz y la libertad.


(*) Imagen tomada de: https://www.irishtimes.com/news/crime-and-law/flanagan-supports-abolition-of-legal-fee-for-domestic-violence-victims-1.3172808

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