domingo, 9 de febrero de 2020

Folleto 194

¿Estoy desperdiciando mi vida?



Un chico con su mochila al hombro entra en un templo budista una mañana muy fría.
Se acerca a un monje que estaba meditando y le pregunta:

- ¿Alguna vez siente que está desperdiciando su vida?

- Nunca. ¿Por qué? -le responde el monje.

- Siento que estoy desperdiciando la mía. Por favor, ¡dígame que puedo hacer para librarme de esa sensación!

- Mira tus zapatos -le indica el monje.

- ¿Qué hay en ellos?

- ¿Ves lo sucio que están? Tú no eres una persona seria y de esta manera no puedo contestarte a tu pregunta.

- ¿Qué tengo que hacer para que me considere una persona seria?

- Vuelve con los zapatos limpios y luego te diré cómo dejar de desperdiciar tu vida.

- No entiendo que relación tiene una cosa con la otra.

- Confía en mí. Nos veremos mañana.

El chico se marcha a su casa, toma un par de zapatos diferentes, los limpia, los deja impecables y los guarda para el día siguiente.

Esa mañana, dirigiéndose hacia el templo, el camino estaba lleno de barro pero siguió andando hacia su cita con el monje.

El monje le dice:

- Muéstrame tus zapatos.

- Todavía están sucios -le responde el muchacho.

- Vuelve con un par de zapatos limpios y luego te diré cómo dejar de desperdiciar tu vida.

El muchacho  regresa a su casa y se queda despierto toda la noche buscando la mejor manera de mantener los zapatos limpios. Los envuelve en una bolsa de plástico y se dirige de nuevo hacia la montaña donde está el templo, pero a pesar de su cuidado, los zapatos vuelven a mancharse de barro.

El monje le rechaza de nuevo.

- Las reglas están muy claras. Inténtalo de nuevo mañana.

Decidido a burlar al monje, compra un par de zapatos nuevos, los guarda en su mochila y se los coloca justo antes de entrar en el templo a la mañana siguiente.

El monje le dice:

- Muéstrame tus zapatos.

Orgullosamente, el chico da un paso adelante y se los enseña.

- ¿Crees que soy estúpido? -le responde el monje. - No hay arrugas en esos zapatos, estás haciendo trampa. Inténtalo de nuevo mañana.

El muchacho le contesta enfadado:

- ¡Me está pidiendo algo imposible! Todo el camino está lleno de barro y agua, no hay forma de que pueda llegar hasta aquí con un par de zapatos limpios, no importa cuantas veces lo intente.

El monje le sonríe:

- Ya resolviste el problema.

- ¿Qué es lo que resolví? -le pregunta el muchacho.

-Te sientes como si estuvieras desperdiciando tu vida porque estás tratando de alcanzar lo imposible. No existe ese camino. Las cosas se complican de mil formas distintas y tendrás que aprender a vivir con todo eso. Te marcas objetivos en tu vida que no puedes alcanzar. Debes aprender a vivir aceptando las dificultades y tus limitaciones. En lugar de pensar que estás desperdiciando tu vida, piensa en cómo puedes disfrutar de tu vida a pesar de llevar los zapatos sucios. Estás exactamente donde tienes que estar, sácale fruto y cambia lo que se pueda cambiar, pero acepta todo lo demás. La vida te presentará cientos de ocasiones para llorar, ofrécele cientos de razones para sonreír. Así dejarás de pensar que estás desperdiciando tu vida.

El muchacho se quedó pensando unos segundos, se levantó en silencio y antes de cerrar la puerta para marcharse le dice al monje:

- Me debes tres pares de zapatos.

El monje cerrando la puerta, se echó a reír.


NOTA. Relato tomado de Quora.
Imagen de portada tomada de https://www.inov-8.com/blog/running-tips-for-mud/

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