martes, 13 de abril de 2010

Folleto 19

Técnicas básicas para controlar la ira.

La frustración es ocasionada por la desviación negativa entre mis deseos y la realidad. La realidad no es como yo quisiera que fuese, el mundo no debería ser así. La frustración si no se la maneja bien, produce ira, enfado, mal humor. Me enfado porque hay un obstáculo a mi felicidad y quisiera darle una patada a ese inconveniente y alejarlo lo más posible. Tengo prisa y el semáforo se pone rojo, el coche que marcha delante es muy lento, mi pareja no es atenta conmigo, etc.


El sentimiento de ira se origina por la frustración ocasionada por el pensamiento, por la percepción, de que soy agredido por parte de:

1. Personas (no me tratan como yo merezco o desearía, no me quieren, me molestan)
2. El mundo, las cosas (me impiden mis deseos, me fastidian, me lastiman)

Solución: cúrese. Iniciales de:

1. “C”. Cuerpo. Advierta los cambios que están sucediendo en su cuerpo: tanto orgánicos (respiración rápida, taquicardia), como psíquicos (mal humor, enfado, etc.). Preste atención a que está enfadándose, llenándose de ira.

2. “U”. Unidades. Póngale unidades, nota, a estos estados orgánicos y psíquicos; del uno al cien. Por ejemplo: respiración rápida, un 40; mal humor, 60.

3. “R”. Respeto. Introduzca “Respeto” en la situación. Trate al otro o al mundo respetuosamente. Si hace falta pida “tiempo muerto” (como en baloncesto) para poder respirar profundamente, caminar un poco. Aléjese, distánciese de la persona, del objeto, como los árbitros de fútbol que separan a los contendientes… Una respuesta amable disminuye la ira.

4. “E”. Entienda lo que está ocurriendo. ¿Qué pensamientos, creencias están inundando su persona, pasando por su cabeza? ¿Qué tipo de agresión particular le está atacando? Si es un problema de comunicación acuda a solucionarlo específicamente. Si es un problema de darse en el pie un porrazo con una puerta cante, ríase, respire…

5. “S”. Sonría. Desdramatice la situación. Rebata, refute los pensamientos negativos y sitúe los pensamientos correctos. Conviértase en mago, busque algo bueno debajo de lo aparentemente malo. Lo que no está bajo su control no es responsabilidad suya. Sí cae bajo su responsabilidad su respuesta a la agresión. Si es una persona la que le está agrediendo, piense que ningún ataque de una persona -sea cual sea su forma- merece una respuesta suya que le lleve al otro el mensaje de que no son hijos de Dios, que merecen ser castigados con el infierno por ser una persona tan terribles y malvada. Dios también los ama.

6. “E”. Evalúe. Ponga nota otra vez a su estado orgánico y psíquico. Seguramente se habrá regularizado un poco… Respire: la situación ya no es insoportable ni tiene que condenar terriblemente a los demás o a usted mismo.

El criterio para la evaluación de la madurez humana pasa por varios exámenes, uno de los cuales es la tolerancia a la frustración, a no caer en las trampas de la ira, temor, tristeza y desánimo. Un buen ejemplo de tolerancia a la frustración de la ira es la que nos ofrece San Francisco de Asís en uno de sus deliciosos relatos recogidos en sus “florecillas”:


DE LA VERDADERA Y PERFECTA ALEGRÍA
(Francisco de Asís)

El mismo fray Leonardo refirió allí mismo que cierto día el bienaventurado Francisco, en Santa María, llamó a fray León y le dijo:
– «Hermano León, escribe.»
El cual respondió:
– «Heme aquí preparado.»
– «Escribe –dijo– cuál es la verdadera alegría.»

Viene un mensajero y dice que todos los maestros de París han ingresado en la Orden. Escribe: No es la verdadera alegría.

Y que también, todos los prelados ultramontanos, arzobispos y obispos; y que también, el rey de Francia y el rey de Inglaterra. Escribe: No es la verdadera alegría.

También, que mis frailes se fueron a los infieles y los convirtieron a todos a la fe; también, que tengo tanta gracia de Dios que sano a los enfermos y hago muchos milagros: Te digo que en todas estas cosas no está la verdadera alegría.

Pero ¿cuál es la verdadera alegría?

Vuelvo de Perusa y en una noche profunda llegó acá, y es el tiempo de un invierno de lodos y tan frío, que se forman canelones del agua fría congelada en las extremidades de la túnica, y hieren continuamente las piernas, y mana sangre de tales heridas.

Y todo envuelto en lodo y frío y hielo, llego a la puerta, y, después de haber golpeado y llamado por largo tiempo, viene el hermano y pregunta: ¿Quién es? Yo respondo: El hermano Francisco.
Y él dice: Vete; no es hora decente de andar de camino; no entrarás.

E insistiendo yo de nuevo, me responde: Vete, tú eres un simple y un ignorante; ya no vienes con nosotros; nosotros somos tantos y tales, que no te necesitamos.

Y yo de nuevo estoy de pie en la puerta y digo: Por amor de Dios recogedme esta noche.

Y él responde: No lo haré. Vete al lugar de los Crucíferos y pide allí.

Te digo que si hubiere tenido paciencia y no me hubiere alterado, que en esto está la verdadera alegría y la verdadera virtud y la salvación del alma.


Nosotros, nuestro sistema cognitivo, valoramos y evaluamos los estímulos, las situaciones. Existen evaluaciones heredadas muy difíciles de combatir, tienen detrás una herencia genética de milenios, pero hay otras situaciones que son evaluadas dependiendo de nuestra educación, entrenamiento y formación. Podemos desactivar la frustración de la ira en un gran tanto por ciento. Podemos controlar nuestros ataques de ira. Entrénese.

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