Leyes sobre el sentido de la vida.
Si estamos navegando una noche oscura y nublada en la que no podemos ver nada; si estamos en un mar que se pierde en el horizonte y no tenemos cartas de navegación ni brújula, en esas circunstancias es muy difícil orientarse, llevar el rumbo a un buen puerto. Necesitamos estrellas que nos ofrezcan referencias, señales que nos indiquen el camino. Es decir: necesitamos el sentido, la dirección hacia la meta.