domingo, 24 de junio de 2018

Folleto 151

La vida no tiene sentido (y VI)



Es un pensamiento frecuente actualmente entre muchas personas cultas defender que la vida no tiene significado ni sentido alguno. Entre científicos y académicos se suele sostener la premisa de que los humanos son simplemente máquinas que funcionan con mecanismos físico-químicos, etc., más o menos complejo, o en frase de Richard Dawkins: "Throwaway survival machines", es decir, "Máquinas de supervivencia desechables", cuya única finalidad es la supervivencia y reproducción de nuestros genes. No hay otro sentido de la existencia. Podemos crear significados como intentar hacernos ricos, famosos, seguir una religión o luchar para hacer el mundo un poco mejor, pero la realidad es que simplemente estamos siguiendo la programación escondida de nuestras neuronas que sirven fieles a los genes. Nuestra actividad cerebral, nuestra conciencia, es una secreción más de nuestra enormemente compleja maquinaria neuronal.

Sin embargo, otras personas entre las que me incluyo, defendemos la poca políticamente correcta opinión de que la vida tiene sentido y significado; no vivimos en un espacio de tiempo sin significación entre la vida y la muerte intentando pasarlo lo mejor posible y distrayéndonos de la trivialidad final de todas las cosas. Creemos que la vida humana y el Universo, en general, tienen un profundo significado más allá de todo lo anterior.

sábado, 16 de junio de 2018

Folleto 150

La vida no tiene sentido (V). Tolstói y el sinsentido de la vida



En su semi-autobiografía “Confesión”, León Tolstói cuenta como a una cierta edad pensó sobre su muerte y llegó a la conclusión que la vida no tenía sentido y para exponer su punto de vista presentó una parábola que ha convencido a muchas personas.

La parábola nos narra la historia de un viajero que mientras caminaba por el desierto es perseguido por una bestia salvaje que intenta devorarle y para salvarse se introduce en un pozo seco que encuentra en su carrera. Sin embargo le esperaba una desagradable sorpresa: en el fondo del pozo vivía un terrible dragón que también quiere matarle. Afortunadamente antes de llegar al fondo, el viajero se agarra a una rama que crecía en la pared del pozo y se queda colgado sostenido por ella.

Pero las desgracias no vienen solas y mientras está colgado, observa que en la rama hay un ratón blanco y otro negro que están mordisqueando la corteza y que es cuestión de tiempo que la rama se quiebre y el pobre viajero caiga hacia abajo donde le espera el dragón con las fauces abiertas. Sin embargo, mientras mira desesperado hacia su alrededor, observa que algunas hojas de la rama están manchadas con gotas de miel, así que mientras espera lo inevitable, se dedica a lamer las gotas de miel de las hojas.

martes, 12 de junio de 2018

Folleto 149

La vida no tiene sentido (IV). El mito de Sísifo



En la mitología griega, los dioses infligieron un terrible castigo a Sísifo por su impiedad con Zeus y por robar y asesinar viajeros. El castigo consistía en empujar cuesta arriba por una montaña una pesada piedra que, justo antes de alcanzar la cima, volvía a caer rodando cuesta abajo. Esto se repetía una y otra vez, formando un ciclo sin fin y sin esperanza, para siempre. Así se cuenta en la Odisea.

Albert Camus, el filósofo existencialista francés, trata esta historia en su famoso libro “El mito de Sísifo”, afirmando que nuestra vida es, en esencia, muy parecida a la de Sísifo: absurda, trivial, insignificante y, en suma, llena de sufrimiento inútil, sin posibilidades de cambio o de escape de ese engranaje cíclico.

domingo, 3 de junio de 2018

Folleto 148

La vida no tiene sentido (III). 

El sentido de la vida y la trampa del perfeccionismo



En el folleto anterior, siguiendo a Iddo Landau,  uníamos el concepto “sentido de la vida” a la tesis que sostiene que la idea “sentido de la vida” está basado en la “valoración” de lo que hacemos y por lo tanto, si no hacemos nada excepcional, digno de un altísimo valor, la vida no tiene sentido, está “vacía”.

Examinemos esta trampa:

Si el sentido de la vida está basada en el valor de lo que hacemos, solo las personas que consiguen logros excepcionales tienen vidas llena de sentido, mientras que el resto de las personas normales que no conseguimos nada extraordinario, tienen una vida muy pobre de sentido.

Solamente los multimillonarios, que pueden conseguir innumerables objetivos, tienen una vida llena de sentido. Solamente los deportistas de élite, los premios Nobel, los papas, jefes de estado, y gente parecida, tienen una vida llena de sentido mientras que nosotros los pobres, los peones de la sociedad, los “de abajo”, llevamos una vida muy escasa de significado.

El error consiste en atribuir valor solamente a lo perfecto o excepcional

Seguramente las comidas preparadas en los restaurantes de lujo de Madrid, París, o Londres, tienen un sabor exquisito, pero eso no significa que los platos que se pueden preparar en la cocina de casa, sean malos y no sean apetecibles. Quizás aquellos sean mejores que los nuestros caseros, pero de vez en cuando nos salen platos de chuparse los dedos. Einstein fue un genio, posiblemente con un coeficiente intelectual mucho más alto que el nuestro, pero eso no significa que nosotros no tengamos ninguna inteligencia.