La vida no tiene sentido (y VI)
Es un pensamiento frecuente actualmente entre muchas personas cultas defender que la vida no tiene significado ni sentido alguno. Entre científicos y académicos se suele sostener la premisa de que los humanos son simplemente máquinas que funcionan con mecanismos físico-químicos, etc., más o menos complejo, o en frase de Richard Dawkins: "Throwaway survival machines", es decir, "Máquinas de supervivencia desechables", cuya única finalidad es la supervivencia y reproducción de nuestros genes. No hay otro sentido de la existencia. Podemos crear significados como intentar hacernos ricos, famosos, seguir una religión o luchar para hacer el mundo un poco mejor, pero la realidad es que simplemente estamos siguiendo la programación escondida de nuestras neuronas que sirven fieles a los genes. Nuestra actividad cerebral, nuestra conciencia, es una secreción más de nuestra enormemente compleja maquinaria neuronal.
Sin embargo, otras personas entre las que me incluyo, defendemos la poca políticamente correcta opinión de que la vida tiene sentido y significado; no vivimos en un espacio de tiempo sin significación entre la vida y la muerte intentando pasarlo lo mejor posible y distrayéndonos de la trivialidad final de todas las cosas. Creemos que la vida humana y el Universo, en general, tienen un profundo significado más allá de todo lo anterior.