Semana Santa
Solo hay un objetivo que merezca la pena: desarrollar el mundo de la consciencia, la integridad personal. No hay ningún otro problema importante porque resolviendo este, todos los demás se solucionarán. Todas las dificultades tienen un buen desenlace desde la consciencia y por lo tanto, ningún sacrificio es demasiado grande si se asegura la integridad personal. Lo que llamamos en lenguaje coloquial mantener el alma intacta. Merece la pena sacrificar lo que nos estorbe para conseguir ese objetivo, ya sea el ojo derecho o amputarse una mano, para no perder la claridad de vivir en la consciencia.Y no hay nada tan triste como contemplar una consciencia amputada, como explicaba Al Pacino en su formidable discurso de “Esencia de mujer”. https://www.youtube.com/watch?v=ADYLug1PiQw
No hay nada tan deprimente como ver desmoronarse los principios que forjan un carácter.
En estos días se celebra la semana mayor de la cristiandad y es un buen momento para recordarnos el mensaje, la actitud fundamental de Jesús de Nazaret.