jueves, 26 de noviembre de 2009

Folleto 12

¿QUÉ ES LA VERDAD?

“Y Pilatos le dijo ¿Qué es la verdad? Y saliendo le dio la espalda” (Jn. 18,38)

Existen distinta definiciones de verdad, distintos niveles de verdad, acorde con el campo en que nos movemos: verdad empírica, referente al mundo de la materia. Verdad conceptual, al mundo de la inteligencia. Verdad de la consciencia o espíritu, estamento superior. Cada nivel tiene sus propios métodos para encontrar la verdad y sus pruebas para refutarla, rebatirla o verificarla.


En el primer nivel, el más simple, la verdad consiste en ver, en palpar, oler, en comprobar; y podemos afirmar que en ese nivel, la verdad es la correspondencia entre lo que nos dicen los sentidos y la realidad. Entre lo que observamos y la realidad. En este nivel básico, la regla es: ver para creer. Comprobar con los sentidos para creer. Si me dicen que está lloviendo, salgo y me mojo, era verdad lo que me decían. Si me dicen que el agua está caliente, la toco y confirmo o no la verdad de lo que me están informando. Es el sentido común puesto en práctica. En este nivel, la verdad es una red que puede atrapar ballenas, pero por su malla se escapan peces más sutiles y pequeños. Esta malla no los puede pescar. Es el territorio de la ciencia básica, de la verificación empírica.

En el segundo nivel, la verdad es un poco más compleja. También es correspondencia, pero necesito aprender unas lecciones para comprobarla. Si miro por un microscopio y me dicen que se observa el núcleo de una célula, primero tengo que estudiar biología y conocer que es una célula, de lo contrario no puedo distinguir absolutamente nada. Cómo el que mira una radiografía, si no ha estudiado medicina, no puede ver nada. En este nivel, solo el ojo instruido, el ojo entrenado, sabe mirar y encontrar, verificar o rebatir la verdad. Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego. (Proverbio árabe) La regla es: aprender para ver. He superado los sentidos. He aprendido que aunque la niebla me impida ver el árbol, existe un árbol detrás de ella. Es el territorio de la ciencia más avanzada.

En el tercer nivel, la verdad se hace un poco más difícil. En este nivel la regla es: creer (tener la consciencia desarrollada, apostar por unos valores) para ver. Hay que tener consciencia para poder ver. Nuestra consciencia puede elevarse por encima del mundo que perciben los sentidos. En este nivel, creer es apostar. Apuesto porque merece la pena recorrer el camino de la búsqueda sagrada guiados por nuestro yo superior.

Este apostar no es infantil. Como toda apuesta, esta elección no es lo suficientemente clara para que sea como las verdades matemáticas, pero al mismo tiempo no es tan oscura que no tenga elementos suficientemente razonables, no es una apuesta arbitraria (Newman) fides quaerens intellectum (la fe busca la inteligibilidad) Es una apuesta valiente y llena de coraje: meritoria. Y por eso, la verdad sana y salva. La verdad nos hace libres. (Recomiendo escuchar la cantata 140 de Bach “Despertad del sueño)

En este nivel, el criterio de verdad es compartir la experiencia con los que han llegado a esta cumbre. Y comprobar que hablamos de lo mismo. Quienes han leído el Quijote, saben que no habla de fútbol.

La verdad, en este estadío, es todo aquello que me lleva a Dios: a la consciencia, a la vida del espíritu.

Los maestros espirituales son el camino la verdad y la vida. Nos llevan a desarrollar la consciencia luego son el camino hacia Dios, son mensajeros de la verdad y la vida.

La verdad está en armonía con Dios, porque Dios es la verdad. Nuestra misión es convertirnos en un instrumento a través del cual pueda hablar la verdad. Amar a Dios sobre todas las cosas. Dios es la verdad, luego amar a la verdad sobre todas las cosas.

La mente ofuscada se parece al moscardón: confunde lo puro con lo impuro, se recrea en lo sucio y es incapaz de orientarse hacia lo inmaculado. (Budismo)

Imagínese esta escena: Dos bebés se encuentran en el útero, confinados en las paredes del seno materno, y mantienen una conversación. Para entendernos, a estos gemelos les llamaremos Ego y Espíritu.
Espíritu le dice a Ego:
-Sé que esto va a resultarte difícil de aceptar, pero yo creo de verdad en que hay una vida después del nacimiento.
Ego responde:
-No seas ridículo. Mira a tu alrededor. Esto es lo único que hay. ¿Por qué siempre tienes que estar pensando en que hay algo más aparte de esta realidad? Acepta tu destino en la vida. Olvídate de todas esas tonterías de vida después del nacimiento.
Espíritu calla durante un rato, pero su voz interior no le permite permanecer en silencio durante mucho tiempo.
-Ego, no te enfades, pero tengo algo más que decirte. También creo que hay una madre.
-¡Una madre! – exclama Ego con una carcajada-. ¿Cómo puedes ser tan absurdo? Nunca has visto a una madre. ¿Por qué no puedes aceptar que esto es lo único que hay? La idea de una madre es descabellada. Aquí no hay nadie más que tú y yo. Ésta es tu realidad. Ahora cógete a ese cordón. Vete a tu rincón y deja de ser tan tonto. Créeme, no hay ninguna madre.
Espíritu deja, con renuencia, la conversación, pero la inquietud puede con él al cabo de poco.
-Ego – implora-, por favor, escucha, no rechaces mi idea. De alguna forma, pienso que esas constantes presiones que sentimos los dos, esos movimientos que a veces nos hacen sentir tan incómodos, esa continua recolocación y ese estrechamiento del entorno que parece producirse a medida que crecemos, nos prepara para un lugar de luz deslumbrante, y lo experimentaremos muy pronto.
-Ahora sé que estás completamente loco - replica Ego-. Lo único que has conocido es la oscuridad. Nunca has visto la luz. ¿Cómo puedes llegar a tener semejante idea? Esos movimientos y presiones que sientes son tu realidad. Eres un ser individual e independiente. Éste es tu viaje. Oscuridad, presiones y una sensación de estrechamiento a tu alrededor constituyen la totalidad de la vida. Tendrás que luchar contra eso mientras vivas. Ahora, aférrate a tu cordón, y, por favor, estate quieto.
Espíritu se relaja durante un rato, pero al fin no puede contenerse por más tiempo.
-Ego, tengo una sola cosa más que decirte y luego no volveré a molestarte.
-Adelante –responde Ego, impaciente.
-Creo que todas esas presiones y toda esta incomodidad no solo van a llevarnos a una nueva luz celestial, sino que cuando eso suceda vamos a encontrarnos con la madre cara a cara, y conocer un éxtasis que superará todo lo que hemos experimentado hasta ahora.
-Estás realmente loco – termina Ego - Ahora sí que estoy convencido. (Newman)

La verdad no es un asunto de democracia. Una tontería dicha por un millón de personas sigue siendo una tontería. La verdad es la verdad aunque solo la mantenga una minoría. Aunque esa minoría sea de un solo hombre (Ghandi)

¿Cuál es el dilema realmente importante de la vida? Encontrar la verdad; qué creo yo que es verdad; lo realmente importante es encontrar la verdad ¿por qué? Examinémoslo en el siguiente folleto.

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