sábado, 24 de marzo de 2012

Folleto 43

Valores

        Todos los problemas provienen de la lucha entre valores. Eso es todo. De ahí la importancia de nuestras creencias, de nuestros pensamientos. Somos lo que pensamos. Somos nuestros valores, estos originan los estados de ánimo y nuestra conducta. Saca la basura de tu cabeza. Tienes la cabeza con mucha basura. Vacíala. Basura es todo aquello que te aleja de lo único que importa.


Presta atención a la libertad, porque es una meta y un bien de todo ser humano y de todas las demás formas de vida.

Presta atención al amor, porque es la esencia de la Creación, del ser humano y de la vida.

Presta atención a la paz, porque es la garantía de todo buen desarrollo y de la libre evolución.

Presta atención a la armonía, porque en ella se encuentra el equilibrio de los pensamientos, los sentimientos y las acciones, así como todas las cosas.

No te dejes agitar por la bulla y la carga y el alboroto de la vida diaria, sino que mantente siempre con compostura en todas las circunstancias de la vida.

Busca la tranquilidad, la paz, el amor y la libertad, todos son valores que se encuentran en la armonía.

Cada día busca un cierto tiempo de calma, porque te ofrecerá la recuperación y la reflexión.

Practica llevarte bien con todos, sin hacer ofrenda de ti mismo y en la medida que te sea posible.

Siempre respeta a tus semejantes como seres humanos, sea como ellos sean; incluso el peor entre ellos es una creación de la Creación, y por lo tanto es como tú, un ser humano.

Di tus verdades en forma libre, clara, calmada y abierta, ya que sólo así surge una imagen de la realidad que presenta las cosas como de verdad son.

Permite que las personas expresen sus opiniones libremente, porque a ellas se les ha dado el mismo derecho que a ti mismo.

Escucha a otros, a los individuos brillantes e intelectuales, así como también a los tontos, simples e ignorantes, porque ellos también tienen una opinión y algo que decir o contar.

Pero evita a las personas agresivas, bulliciosas y prepotentes para no envolverte en conflictos triviales, ya que tales personas ofenden la conciencia, la humanidad y la formación de uno; aunque al mismo tiempo, no te olvides que ellos también son seres de la Creación, a quienes tú, como ser humano, debes mostrar el respecto apropiado, aún cuando no sean aceptables sus pensamientos, sentimientos y acciones.

Si te comparas con otros, no se puede evitar reconocer que otros son más fuertes o más débiles que tú en ciertas cosas; esto, sin embargo, no es ninguna razón para que te sientas superior o inferior a otros.

Por lo tanto, no te vuelvas vanidoso o presumido, ni amargado o avergonzado, porque siempre habrán personas que son más eminentes o menos avanzadas que tú, tanto en el aspecto educativo, como también moral y de carácter, etc.

No obstante, nunca temas de disfrutar de lo que has alcanzado honestamente con tu esfuerzo.

Alégrate igualmente de tus planes positivos y sus realizaciones.

Siempre pon atención a continuar tu desarrollo en toda materia concebible y en tu evolución personal y de conciencia.

Por eso, sé siempre modesto en tu interés por tu propio progreso personal, pero sólo de manera justa, ya que el progreso es la posesión efectivamente positiva del ser humano en el transcurso del tiempo.

Haz tu labor y tu trabajo con reflexión y con prudencia, porque un buen trabajo es digno de buena compensación; y negocios hechos con consideración, prudencia y honradez dan buen fruto a largo plazo aún cuando deben ser hechos en un mundo insidioso.

Cuando alcances resultados buenos y positivos, no dejes que tus ojos se vuelvan ciegos y tus oídos sordos a todos aquellos que están en el camino.

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