Matrimonio. Ficha número 12
Aburrimiento
El cansancio, la frustración, la monotonía hacen crecer uno de las mayores penalidades de la relación de pareja: el aburrimiento. Durante la época del enamoramiento, no existe este peligro, la diversión funciona de manera automática. No hay sitio para la monotonía y todo es nuevo, divertido, apasionante. Se disparan en nuestro cerebro cascadas de neurotransmisores que originan sensaciones muy semejantes a la que se dan cuando se toma cocaína. Con una gran diferencia: esta es natural y la segunda es muy peligrosa. Lo cierto es que se accede a una escena de la vida muy agradable. Un cínico diría que es la mejor de toda y por eso siempre está comenzando nuevas relaciones… Sin construir nada duradero. Pero en la siguiente fase de la vida en pareja, la fase de consolidación, se rompe el automatismo y exige un esfuerzo consciente, inteligente, voluntarioso, para romper la pereza, la autocomplacencia y el aburrimiento. Es la época de construir el cariño. Hay que esforzarse para expresar y dar forma a ese cariño. La relación hay que cultivarla, regarla, abonarla, quitarle las malas yerbas y esto hará que el sentimiento se retroalimente, crezca, se fortalezca y origine lazos más fuertes que la época de enamoramiento.