Psicología y resurrección
El pasar de una etapa de crecimiento a otra, suele doler. Cambiar de piel, cambiar el traje de primera comunión por el de persona mayor, no es sencillo. Abandonar una forma de ver el mundo, una cosmovisión, por otra distinta cuesta mucho trabajo. Y muchas lágrimas. Y muchos amigos.
El transitar de la religión mágica a la mítica y de esta a la racional y postracional, es un gran viaje. Un viaje en el que perdemos elementos que nunca recuperaremos pero en el que al mismo tiempo ganamos otros que nos aportan mucha riqueza y nos ayudarán a vivir mejor. El destetarse, el dejar de ser niño con todas las ventajas que conllevaba, es lanzarse al vacío, es dejar el nido y echarse a volar. Pero solo vuelan los esforzados y valiente que se atreven a dar el paso. Cuando uno viaja en avión de España a USA, hay que adaptarse a la hora local, que es distinta en ambos sitios, y si no se hacen las trasposiciones adecuadas, se queda uno fuera de juego. No vale mirar hacia atrás: hay que respirar hondo y seguir hacia delante, no hay otra salida. O nos convertiremos en estatuas de sal, petrificados.

