La vida no tiene sentido (II)
En el folleto anterior, siguiendo a Iddo Landau, profesor de filosofía en la universidad de Haifa y autor del libro “Encontrar significado a la vida en un mundo imperfecto”, defendíamos que el sentido y significado de la vida tiene que ver con los elementos valiosos que rodean nuestra vida.
Esto nos lleva a varios errores: hay personas que opinan que su vida no tiene sentido porque “la sienten” de esa forma, “sienten” que no hay nada valioso a su alrededor. Lo cual puede ser una clara distorsión de la realidad: no nos podemos fiar de lo que sentimos porque podemos equivocarnos fácilmente. Hay pianistas que tocan el piano muy bien pero “sienten” y “creen” que lo hacen muy mal, y viceversa. Muchas personas creen que son malos padres o mucho mejores padres de lo que realmente son; o suponen que tienen un alto o bajo sentido del humor y se equivocan. Lógicamente este mismo criterio se puede aplicar a su percepción de que la vida no tiene sentido. Pueden estar confundiendo sus sentimientos y percepciones con verdaderos argumentos de peso.
También existen personas que opinan que el grado, la sensación del sentido de la vida es una constante a lo largo de toda su existencia, que es una percepción estable y si se tiene un bajo sentido de la vida no es posible alterarlo. Sin embargo tenemos experiencia que hay cualidades en nosotros que pueden mejorar o empeorar; por ejemplo puedo mejorar mi capacidad de jugar al tenis, mejorar o empeorar mi salud; esto significa que mi sensación sobre el sentido de la vida puede mejorar o empeorar, es otra característica más de personalidad que posee flexibilidad, permeabilidad, y pude aumentarse o disminuir, que hay acciones que puedo realizar para que la vida tenga más o menos sentido.
Si contemplamos que el significado de la vida tiene que ver con acciones valiosas que podemos hacer, debemos buscar como inyectar valor en las cosas que hacemos. Por ejemplo si creemos que el conocimiento es valioso, podemos hacer que la vida tenga más sentido aprendiendo algo. Si opinamos que el arte es algo valioso, podemos aumentar nuestro sentido de la vida aumentando nuestra capacidad de ver o construir cosas artísticas.
Identifique que elementos de la vida son valiosas para usted y procure ejercitarse en ellas: aumentará su sentido de la vida. Si usted opina que son dignos de respeto y admiración personajes que ayudan a los demás como la Madre Teresa de Calcuta o Albert Schweitser busque una oportunidad de colaborar con alguna asociación que intente ayudar a los demás; le aseguro que aumentará la sensación de que la vida tiene sentido.
Según los antropólogos, el hombre es “un ser que hace cosas”, es un “Homo Faber”. Haciendo cosas que consideramos valiosas, se incrementa la sensación de que la vida tiene sentido. No es necesario que seamos un premio Nobel o un as de un deporte (discutiremos estos errores en otros folletos), sino que hagamos cosas con las herramientas que tengamos y en el lugar donde estemos, de este modo “aprenderá a florecer allí donde ha sido plantado y desaparecerá el desasosiego, la insatisfacción y los zarpazos sin fin por lo máximo, distinto, emocionante y perfecto” en frase de Joan Chittister.
En el próximo folleto estudiaremos más trampas sobre el pensamiento que la vida no tiene sentido.
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