miércoles, 28 de junio de 2017

Folleto 123

Pensamientos negativos (III)



Durante siglos, hemos creído que nuestra visión de la realidad era igual que el mecanismo de un espejo: reflejaba exactamente lo que había a nuestro alrededor; éramos como una cámara de video, como una máquina de fotografías. Captamos exactamente lo que existe ahí fuera.  Hoy sabemos que no es así. Las moscas ven con ojos de mosca. Los burros ven con ojos de burro. Vemos, en gran parte, como somos. (Dibuje una montaña y dos árboles a distinta altura: desde cada uno hay una visión distinta del paisaje). Los pobres ven un bollo de pan más grande que los ricos; y con las monedas ocurre exactamente igual. Un euro es más grande para un niño pobre que para un niño rico. Vemos según el paradigma en que estamos situados, por esa causa la comunicación y la sintonía entre las personas es tan difícil, cada uno contempla la realidad de manera diferente. Otra discusión es qué visión es mejor.

viernes, 16 de junio de 2017

Folleto 122

Pensamientos negativos (II)



El 2º Principio de la Termodinámica afirma que en un sistema cerrado, donde no hay influencias externas, los elementos en su interior tienden a desorganizarse, es decir a aumentar su entropía, su grado de desorden. Un jardín que no se cuida, se llena de malas hierbas. Si no se limpia, la casa se llena de polvo, etc. Este principio se generaliza y se llena de humor con la Ley de  Murphy: “Si algo puede salir mal, saldrá mal”. Experiencia que todos hemos padecido y que nos rodea por todas partes. Pero el principio también afirma que si se ejerce una fuerza, lo desordenado se puede organizar. Puedo, con trabajo y esfuerzo, arrancar las malas hierbas y limpiar de polvo mi casa.
Pero hace falta introducir energía, trabajo.

martes, 6 de junio de 2017

Folleto 121

Pensamientos negativos (I)



Identificar nuestros pensamientos distorsionados (ya sean negativos o exaltados) nos hace posible controlar nuestros sentimientos y conductas. Todos tenemos estos tipos de creencias en diferentes épocas de nuestra vida. ¿Quién no ha tenido alguna vez pensamientos parecidos a estos y que además se presentan una y otra vez, automáticamente, sin darse uno cuenta y al estilo rumiante repitiéndose frecuentemente y creando un sentimiento de amargura y derrota?:

“Todo lo que necesito para ser feliz es un poco de dinero. Cuando lo consiga seré feliz.
Cuando alcance ese puesto de trabajo, seré feliz
Cuando encuentre a la persona ideal, cuando él o ella me quiera, seré feliz.
Cuando sea imbatible en el tenis, ajedrez, cualquier juego, seré feliz
Si permanezco joven para siempre, seré feliz
Cuando tenga familia, un hijo, un nieto… seré feliz
Cuando tenga un cuerpo atlético y hermoso, cuando adelgace, seré feliz
Cuando esté sano, seré feliz.
Cuando termine la carrera, seré feliz
Cuando consiga trabajo, ese puesto, seré feliz
Cuando tenga ese coche, seré feliz.
Cuando tenga esa casa, seré feliz.
Cuando tenga ese juguete, cuando tenga, tenga, tenga… seré feliz.”