domingo, 10 de septiembre de 2017

Folleto 129

Técnica "Pomodoro" (II)



En el folleto anterior explicábamos la técnica “Pomodoro”: cómo estructurar nuestro trabajo en distintas tareas de 25 minutos o, si es una tarea más complicada, romperla en periodos de 25 minutos.

Vamos a profundizar un poco más en esta técnica para aumentar nuestra productividad.

1. Al final de cada día, programar las cinco tareas más importantes  que debemos afrontar mañana.  No elegir menos de cinco actividades.

2. Jerarquizarlas por orden de importancia: a la más importante le damos el número 1, a la siguiente el 2, y así sucesivamente.

3. Al empezar a trabajar, nos concentraremos solamente en la primera tarea. Hasta que la terminemos siguiendo la técnica Pomodoro (Atención: todo con flexibilidad… si necesito cuarenta minutos en vez de veinticinco me doy permiso para adaptarme)

4. Cuando termine la primera tarea, pasaré a la segunda. Y así sucesivamente.

5. Al final del tiempo de trabajo, lo que no haya podido completar lo pasaré a las tareas del día siguiente.

6. Repetiré el proceso cada día de trabajo.

Parece una estrategia muy simple, pero es muy eficaz porque concentra y focaliza nuestros esfuerzos. Indudablemente si aparece algo urgentísimo, le dejaremos sitio para afrontarlo, pero inmediatamente después volveremos a nuestro esquema de trabajo y procuraremos que nada nos distraiga, porque las distracciones y el dejarlo para después es uno de los peores enemigos de la productividad.

Al numerar cinco actividades, estamos eligiendo entre la multitud de tareas que tenemos que hacer las más importantes, estamos ordenando, poniendo límite a nuestra ansiedad y el resultado es mágico al no dejarnos avasallar por la multiplicidad.

Evita la dificultad de  tener que comenzar el día pensando qué tengo que hacer. Ya hemos hecho la noche anterior la decisión  e inconscientemente me estoy preparando para ella, aunque sea incómoda.

Ante tareas iguales de importantes, comenzaré por las más desagradables y poco apetecibles, para quitármelas de encima lo más pronto posible.

El intentar abarcar demasiado es una de las primeras causas de la poca productividad; si tenemos veinte cosas que hacer y pasamos de una a otra, al final tendremos veinte actividades a medias y ninguna terminada. Elija sus cinco tareas y empiece la segunda una vez terminada la primera (sea flexible… a veces hay que dejar una actividad por imposibilidad material)

También es interesante hacer una programación semanal, mensual, bimensual, anual, para cinco o diez años… Puede ponerse la meta que considere oportuna: ¿Qué me gustaría estar haciendo dentro de diez años, veinte, treinta años?

Atrévase a soñar y empiece a edificar paso a paso, ladrillo a ladrillo, sus sueños. Cómo afirma el proverbio: “Un viaje de un millón de pasos empieza por el primero”.

Suerte.


(*) Imagen de entrada tomada de: https://www.blazaar.com/blog/la-tecnica-del-pomodoro-metodo-de-estudio/

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