sábado, 31 de enero de 2015

Folleto 76

Encienda su interruptor de la calma

“Quiero y estoy dispuesto a convertirme en una persona con más control emocional y no dejarme llevar tan fácilmente por la ansiedad, ira o tristeza. Quiero en circunstancias difíciles mantener la calma”. Para ayudarle a conseguir este objetivo vamos a crear una imagen mental de un interruptor, cómo el del cualquier aparato eléctrico,  a la altura del corazón. Véalo y píntelo del color que más le agrade. Tiene dos posturas: Encendido /Apagado/.  El “Encendido”  tiene una luz piloto de color verde. El “Apagado”, de color rojo.  Cuando se sienta alterado imagínese que  coloca el interruptor en la posición “Encendido”, con el piloto verde brillando y dígase a sí mismo: “Quiero sentirme más calmado”. En voz alta o mentalmente, según sea la circunstancia.

Puede que le parezca una tontería, pero no desdeñe el poder de las palabras y de la imaginación: es mucho más fuerte de lo que pueda suponer. De todas formas, inténtelo. Si no le funciona: déjelo. El principio de autoridad hay que ponerlo a prueba continuamente. Experimente y compruebe por sí mismo.

La ansiedad, prisa, preocupación por problemas, frecuentemente nos impiden disfrutar de la vida que nos gustaría llevar.  Actuar con más calma nos posibilitará este objetivo. Indudablemente  con un mero ejercicio mental no cambiaremos nuestra personalidad ansiosa pero quizás sea un punto de partida para examinar más objetivamente los problemas que nos rodean.

Encienda hoy su interruptor de la calma, dígase: “Por tonto que parezca, voy a probar a encender mi interruptor de la calma, si conscientemente decido mantenerme en calma, lo puedo conseguir”.

Si alguna circunstancia eleva su nivel de ansiedad, un problema en el trabajo, una noticia del periódico, una relación familiar o algo parecido, respire profundamente y piense: “Este momento es un buen entrenador para practicar la calma;  enciendo el interruptor de la calma y puedo enfrentarme a esta circunstancia con más serenidad”.

El mantenernos calmados entre las dificultades (aprendizaje difícil pero que  con constancia se consigue), es una buena forma de manifestar el respeto por sí mismo y al mismo tiempo, conseguir el respeto de los demás. Es la base para conseguir ulteriores objetivos. Es la puerta que se nos abre para el control emocional y conductual. Es el primer paso para aprobar las asignaturas que se llaman “Superar El Principio Del Placer” y “Tolerancia a la frustración”. No hago las cosas porque me gusten o no me gusten, sino que el criterio de elección es porque esas decisiones me hacen persona o me destruyen.

Cuando estemos a punto de romper nuestra dieta y tirarla por la ventana, dígase: “Soy un practicante de la calma y la serenidad. He encendido mi interruptor de la calma y puedo afrontar esta dificultad con tranquilidad”.

Cuando aparezca  ese particular defecto en el que ha caído por centésima vez, dígase: “Soy un practicante de la calma y la serenidad.  He encendido mi interruptor de la calma y puedo afrontar esta dificultad con tranquilidad”.

Cuando su pareja repita ese comportamiento que tanto le molesta y que le conduce a un desagradable enfrentamiento, dígase: “Soy un practicante de la calma y la serenidad. He encendido mi interruptor de la calma y puedo afrontar esta dificultad con tranquilidad”.

Cuando caiga en el cansancio, abatimiento, desgana, sin sentido de la vida, con ganas de acostarse y no ver a nadie, dígase: “Soy un practicante de la calma y la serenidad. He encendido mi interruptor de la calma y puedo afrontar esta dificultad con tranquilidad”.

Por supuesto que tendrá que hacer más cosas que mantener la calma, pero es el primer paso que le facilitará la siguiente toma de decisiones y le ayudará en su camino.

En resumen:

Objetivo: Mantener la calma 

Principio clave: El mantener la calma me ayudará  por sí mismo y al mismo tiempo abrirá la puerta a otros objetivos.

Debe examinarse periódicamente sobre la realización de este ejercicio (cada noche, una vez a la semana, pero especifique una día para examinarse).  En su agenda o bloc de notas, escriba dos apartados.  Éxitos y Fallos.  Anote una barra en el lugar correspondiente cada vez que lo ponga en acción con éxito y otra barra cuando se le olvide.

Así pues, ante las dificultades “Encienda El Interruptor De La Calma”.

NOTA: Ideas tomadas de Eric R. Maisel, Ph.D. in Rethinking Psychology 

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