domingo, 28 de agosto de 2016

Folleto 85

Pequeños insectos que corroen el árbol (I)


Hay una teoría sobre la depresión que afirma que los pacientes deprimidos, inconscientemente, sin darse cuenta, están actuando para obligar de alguna manera a las personas con las que conviven a que le presten más ayuda. Se sienten incapaces de hacer frente ellas solas a sus obligaciones. La figura típica es la depresión post-parto. Ante lo que se me viene encima, no estoy segura de ser capaz de afrontarlo eficientemente y caigo en un estado de ánimo deprimido. Es una teoría que toca el aspecto, fundamental para mí, de la depresión: la depresión se origina por la falta de recursos ante lo que me ocurre. No puedo superarlo y no veo escapatoria. Y la única salida es la propia de los osos en invierno: hibernar, dormirme mientras pasa el invierno. El cerebro me está diciendo “reajusta tu vida, cambia tu vida”, pero yo no sé cómo hacerlo o no puedo. Así que me meto en la cama o me acurruco en el sofá y que me dejen en paz.

La gravedad de la depresión dependerá del tipo de dificultad de las circunstancias, pero existen pequeños obstáculos, pequeños detalles que no nos gustan, que aunque no nos lleven a una depresión profunda, nos amargan, nos quitan la alegría de la existencia, de alguna forma respondemos con pequeñas hibernaciones. Las críticas que creemos infundadas, las faltas de delicadezas, las quejas a nuestro alrededor, nuestros fallos continuos, en resumen: nosotros mismos o nuestro entorno no nos agrada. No son grandes desgracias: terremotos, incendios, ruina, muertes... sino que son pequeñas cosas que nos van minando poco a poco; pequeños insecto que corroen el árbol y son capaces de matarlo.

Marty Nemko en un artículo en “Psycology Today” recopila algunas observaciones que le han hecho sus pacientes en consulta, son muy ilustrativos de los pensamientos que frecuentemente nos asedian. Él los titula “pensamientos peligrosos”. Son buenos ejemplos de los insectos que corroen el árbol:

En el fondo, solo pienso en mí mismo.
Mi familia me ofrece más quebraderos de cabeza que placer.
Los inconvenientes de estar casado son mayores que sus beneficios.
Me aterroriza tener un hijo, ser padre implica un enorme sacrificio y además cuesta una fortuna.
Estoy tentado de engañar a mi esposa.
Mis fracasos generalmente son por mi culpa. No soy competente ni estoy motivado, soy un manazas. Si yo fuera mi jefe me despediría.
Me tienta cometer un crimen.
El afirmar que soy un artista es una simple excusa para no buscar trabajo.
Creo que puedo controlar el uso de drogas, pero por una causa u otra, siempre acabo consumiendo.
Gasto demasiado dinero.
Soy un hipócrita. Siempre defiendo los transportes públicos pero los evito todo lo que puedo. Me encanta mi coche.
Soy una persona agradable, pero no estoy seguro de ser bueno.
Intento creer en Dios, pero en mi corazón sé que no existe.
Odio a los hombres.
Odio a las mujeres.
Les digo a mis hijos que tienen que trabajar duro en el colegio pero la mayoría de las cosas que aprenden son tonterías sin importancia.
No soy tan honesto como aparento.
Hablo demasiado, aburro a la gente, me encanta charlar.
El sexo se ha convertido en algo aburrido.
Desearía no haberme casado con esa persona.
Lamento haber tenido hijos.
No me sacrificaría tanto por mi esposa como ella lo haría por mí.
La terapia me ha ayudado algo, pero mi vida no es mejor.
Desperdicio mucho tiempo.
Soy un buen actor, aparento tener mucho más seguridad en mí mismo que la que realmente tengo.
Llevo tatuajes porque es la única manera de ser aceptado.
Me gusta presumir de la diversidad pero desprecio y evito a la gente y medios con opiniones y puntos de vista políticos distintos a los míos.
Prefiero mucho más a mi perro que a la mayoría de las personas.
Es mucho más fácil convivir con la gente de mi propia opinión.
La insistencia sobre igualdad de razas y géneros no es buena para la sociedad.
Me aterra la muerte con dolor.

Le  animo a que escribe en un cuaderno elementos de su vida que no le agradan y que si pudiese los cambiaría... Le ayudará a conocerse mejor. 
Volveremos sobre ello en el próximo folleto.

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