sábado, 31 de diciembre de 2016

Folleto 103

Cuento de Navidad (III)



Le animo a que entre en este lugar (http://www.humanrightsaction.org/universal-ethics-campaign.php) lea el texto y, si está de acuerdo, lo suscriba.

La convivencia pacífica de los hombres y naciones requiere un consenso mínimo de valores éticos.

Para conseguir vigencia universal, esta ética necesita ser incorporada en las constituciones de todos los estados y de las Naciones Unidas:

"Los habitantes, el gobierno y el estado de .......................se adhieren a la siguiente
Ética Universal:

domingo, 25 de diciembre de 2016

Folleto 102

Cuento de Navidad (II)



Me mostraron el otro día un enlace de youtube (https://youtu.be/sGhVNHXDHsc) donde se muestra lo interrelacionados que estamos todos los humanos genéticamente. Las aparentes diferencias nacionales, nuestras pseudoidentidades basadas en los lugares donde hemos nacido, es una idea infantil y distorsionada de la realidad. Todos formamos parte de una inmensa familia: los seres humanos y ampliando un poco más el radio: la familia de los seres que coexistimos en el planeta tierra, desde las rocas, plantas, animales hasta el hombre.

“Un amigo me contó que una señora se había batido a paraguazos, en una avenida de París, contra toda una brigada de obreros municipales. Los obreros estaban cazando palomas cuando ella emergió de un increíble Ford T, un coche de museo, de aquellos que arrancaban a manivela; y blandiendo su paraguas, se lanzó al ataque.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Folleto 101

Cuento de Navidad (I)



El corazón humano está dividido en dos partes: una mitad corresponde al desarrollo de la persona; la otra mitad al desarrollo, a la ayuda hacia los demás.
El incidir solamente sobre una mitad nos desequilibra, nos ocasiona mutilaciones.

La contemplación de la mitad que corresponde a los otros nos define como seres sociales, una de las características fundamentales del hombre. Su maduración psicológica le pide pertenecer a una tribu, a un grupo, a estar en contacto con otros.

La soledad no querida es una de las mayores cargas que tenemos; el ostracismo en Roma, ser expulsado de la comunidad, era una de los mayores castigos que se podían infringir a una persona. El pertenecer a una comunidad que nos ayude en los malos momentos, que nos acoja, que nos ofrezca apoyo, es un recurso inestimable. De hecho el pertenecer a una tribu, se llame como se llame es uno de los fundamentos de las religiones, de los grupos políticos, de las asociaciones en general. Por encima de las creencias, el pertenecer a un grupo con el que congeniamos y compartimos ideas básicas es de un gran efecto terapéutico y nos posibilita el bienestar y el desarrollo personal.

“Fernando era el director de un hospital de niños enfermos en una importante ciudad. En víspera de la Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse pues era tarde y en su casa lo esperaban  para la cena de Nochebuena.

Hizo un último recorrido por las salas, para asegurarse de que  todo quedaba en orden, y en eso estaba, cuando sintió que unos pasos lo seguían. Unos pasos de algodón. Se volvió y descubrió que uno de los enfermitos andaba detrás suya. En la penumbra,  lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando contempló su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían permiso.

El niño se acercó a Fernando y le rozó la mano:

-Dile a…-susurró el niño-, Dile a alguien, que yo estoy aquí.

El libro de los abrazos.
Eduardo Galeano

¡Feliz Navidad para todo el mundo!


(*) Imagen de entrada: Yin y yang.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Folleto 100

Decir “No”: ¿Cuándo hacerlo? ¿Cómo hacerlo?



Se acercan las fiestas navideñas y probablemente aumentaremos nuestras relaciones sociales, especialmente con familiares y amigos más cercanos, esto significa casi automáticamente incrementar nuestra ansiedad y estrés.

Nos han enseñado desde pequeño a ser amables con todo el mundo y especialmente en las reuniones familiares que deberían ser un lugar de relaciones sin conflictos, lo que significa muchas veces decir “si” cuando se nos apetece decir “no”. Deberíamos intentar en estas vacaciones  decir “no” sanamente, porque nos va en ello el bienestar y la salud.

Recuerdo una paciente que recibió la llamada de su suegra anunciándole que ella y su marido querían pasar diez días de vacaciones en su casa aprovechando las fiestas navideñas. Una manera de acercarse más a los nietos y pasar juntos unos agradables días. Inmediatamente mi paciente notó que se le tensaba el estómago con nauseas  y espasmos que casi le hacen devolver pero al mismo tiempo “sentía” que debía ser amable y no hacer caso de sus síntomas y contestó que por supuesto, sería muy agradable estar todos juntos en casa diez días.

domingo, 4 de diciembre de 2016

Folleto 99

¿Estrés? Solución de urgencia: expulse al dragón



La técnica que presento, aunque no es una solución en profundidad para combatir la ansiedad, nos puede ayudar en algunos casos extremos de alto estrés y para salir de una situación que nos desborda.

La psicología y psiquiatría actual cuentan cada vez con tecnologías y medicaciones más sofisticadas olvidándose a veces de soluciones “de la abuela” que siguen siendo muy eficaces.

Multitud de enfermedades como dolores de espalda, garganta, infecciones continuas, fatiga crónica, depresión, tienen como telón de fondo un estrés cuasi crónico, y una de los orígenes de este estrés es tener enquistado emociones como rabia, dolor, tristeza, sentirse desbordado por los acontecimientos, falta de control del entorno y la sensación de la imposibilidad de escaparme de estas trampas.

Una madre o padre anciano muy difícil de tratar y que no puedo esconder en un asilo, una pareja o hijo con cáncer terminal y ante los cuales no puedo desmoronarme, una casa con niños pequeños que me desbordan, problemas económicos que me asfixian, ante tantas y tantas situaciones parecidas, intente la técnica de:

“¡ECHAR AL DRAGÓN  FUERA, GRITANDO!”

Es una manera sencilla, a corto plazo, de expulsar el estrés y no enquistarlos en nuestro sistema emocional.