Decir “No”: ¿Cuándo hacerlo? ¿Cómo hacerlo?
Se acercan las fiestas navideñas y probablemente aumentaremos nuestras relaciones sociales, especialmente con familiares y amigos más cercanos, esto significa casi automáticamente incrementar nuestra ansiedad y estrés.
Nos han enseñado desde pequeño a ser amables con todo el mundo y especialmente en las reuniones familiares que deberían ser un lugar de relaciones sin conflictos, lo que significa muchas veces decir “si” cuando se nos apetece decir “no”. Deberíamos intentar en estas vacaciones decir “no” sanamente, porque nos va en ello el bienestar y la salud.
Recuerdo una paciente que recibió la llamada de su suegra anunciándole que ella y su marido querían pasar diez días de vacaciones en su casa aprovechando las fiestas navideñas. Una manera de acercarse más a los nietos y pasar juntos unos agradables días. Inmediatamente mi paciente notó que se le tensaba el estómago con nauseas y espasmos que casi le hacen devolver pero al mismo tiempo “sentía” que debía ser amable y no hacer caso de sus síntomas y contestó que por supuesto, sería muy agradable estar todos juntos en casa diez días.
Durante los diez días de “vacaciones”, ella cocinó para sus suegros, los entretuvo, hizo de cicerone por la ciudad y acabó completamente agotada. Poco después tuvo una fuerte gripe. Tras un mes de medicamentos y otro de recuperación volvió a la normalidad. Las investigaciones actuales muestran que las conductas no asertivas (defender razonablemente tus derechos) alteran el sistema inmunológico, aumentando las probabilidades de infecciones varias.
En la época de carnaval recibió otra llamada de su suegra donde muy contenta le comunicaba que lo habían pasado tan bien en Navidad que estaban pensando ¡volver otra vez a su casa y pasar allí unos diez diás! ¿No sería estupendo?
El estómago de mi paciente, me contaba, se le encabritó inmediatamente con espasmos incluso peores que los navideños… ¿Qué debía hacer? ¿Ser otra vez tan amable cómo la vea anterior? Yo estaba seguro que si decía que sí, pronto tendría otra infección y le ofrecí algunas pistas.
¿Cuando decir “no”?
Preste atención a su organismo, es muy inteligente, y con frecuencia lo ignoramos sobre todo, somos seres sociales muy evolucionados, cuando estamos en relación con otras personas por lo que nos cuesta muchísimio trabajo decir no. Nuestro organismo va en una dirección, nos avisa, y si lo contradecimos dejándonos llevar por distorsiones cognitivas equivocadas; no le quepa duda que el cuerpo le pasará factura.
En el caso de mi paciente, el estómago iba por un camino y su deseo de agradar por otro. Debe pararse y sopesar las conscuencias de dar su consentimiento o negarlo, pregúnteselo a su estómago y observe que reacciones tiene ante su respuesta. Si el decir “si” le origina tensión muscular en el estómago, presión en el pecho, alteración emocional, debería decir “no”.
Si el decir “no” le ofrece una sensación de energía y de control de la situación, esa debería ser su respuesta.
Es decir, ponga en una balanza el si y el no, y procure seguir al que pese más.
Lo que debe tener claro, es que ir contra sus sentimientos íntimos es una contínua fuente de frustraciones, problemas y complicaciones; físicas y psíquicas.
Ahora viene el segundo obstáculo: ¿cómo lo hago, cómo se lo digo a mi suegra?
¿Cómo decir “no”?
Una ayuda es la técnica del sándwich. No hay que ser desagradable, comience con algo positivo: “Me encantará teneros con nosotros unos días”.
A continuación exprese su sentimiento y procure dar una solución: “Ahora mismo teneros en casa es muy complicado para mí, pero cerca de nosotros está situado el “Hotel Excelsior”, que no es caro, es cómodo y nos hará posible vernos frecuentemente”.
Termine con la otra capa del sándwich: “a los niños y a nosotros nos encantará veros otra vez”.
Esto le permitirá tener con ellos un tiempo de calidad, limitado, y al mismo tiempo la carga de la visita disminuirá exponencialmente.
Si los suegros son inteligentes lo comprenderán, si son torpes y se enfadan, el problema será de ellos, pero usted se sentirá estupendamente. No confunda egoísmo con supervivencia y su supervivencia es indispensable para su familia.
En estas fiestas preste atención a las señales de su cuerpo y actúe en consecuencia diciendo no a aquellos que intentan libarle su energía psíquica; no acepte más peso que el que razonablemente puede sobrellevar, a todo lo demás diga firmamente que “¡no!”. Con una sonrisa de sandwich.
(*) Imagen de entrada: Viñeta de "Calvin y Hobbes" de Bill Watterson.
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