martes, 31 de enero de 2017

Folleto 107

Tomarse las cosas como algo personal (II)



Una de las tácticas que usan los comerciantes de toda la vida a la hora de negociar y regatear sobre el precio de una compra o venta, es minusvalorar lo que se va a comprar y sobrevalorar lo que uno intenta vender o cambiar. Minimizar el producto contrario, maximizar lo propio. La bicicleta que voy a comprar en el mercadillo de segunda mano no vale el precio que me piden: está despintada, los neumáticos son viejos, el faro alumbra poco, etc., etc. Por el contrario la bicicleta que deseo vender es maravillosa, está nueva, anda estupendamente, etc. En el mundo de la psique es exactamente lo mismo. Hay que aplicar igual técnica a los obstáculos que nos rodean. Minimizarlos al máximo y potenciar nuestras defensas todo lo que podamos. Es el mundo de la propaganda. Tenemos  que minimizar los obstáculos, el daño, la dificultad; potenciar nuestros dones.

¡Atención! Lo que estamos atacando es el aspecto fantasmagórico del enemigo, su puesta en escena, que es uno de los elemento que más nos asustan (¡Esto que me ataca es tremendo, insoportable, horrible!) eso no significa que nos confiemos, sino que nos anima y potencia nuestra defensa.   

lunes, 23 de enero de 2017

Folleto 106

Tomarse las cosas como algo personal (I)



Las palabras que pronuncian los otros o incluso las que nos decimos a nosotros mismos, muchas veces nos hieren profundamente. Tienen un gran poder sobre nuestro estado de ánimo, y generalmente nos aconsejan: “No te lo tomes como algo personal” o "no te lo tomes personalmente" y así no lo pasarás tan mal.

Estoy cansado de ver por todas partes esta frase y sin embargo, nunca la he entendido bien, siempre me plantea dudas y problemas. ¿Cómo no me voy a tomar las cosas personalmente? Si un policía de tráfico me dice que pare el coche, ¿sigo a toda velocidad y no le hago caso? ¿No se está dirigiéndose a mí personalmente?  ¿Cuándo me detengan por robar el banco de la esquina (sueño recurrente) le diré al juez que el banquero se lo está tomando demasiado personalmente? Si me suspenden un examen, ¿han suspendido a otra persona? ¿No me lo tomo personalmente? Aquí hay algo que no está claro.

lunes, 16 de enero de 2017

Folleto 105

Controlando el SARR 

(Sistema Automático de Respuesta Rápida)



Me he dado un porrazo contra una silla que no está donde debiera estar… Automáticamente las ganas de gritar un taco bien alto y darle una patada con todas mis fuerzas a la silla  mandándola lo más lejos posible se despiertan en mi estado de ánimo. Una persona me trata mal, inmediatamente se pone en marcha el SARR y me enfado  respondiéndole lo más duro que puedo. Se pincha una rueda del coche cuando llevo prisa; le doy un buen golpe al neumático. Todos son ejemplos de comportamientos automáticos que nos cuestan controlar; la razón es que son programas que tienen miles de años y están fuertemente enraizados en nuestro cerebro, antes eran elementales para la supervivencia, programa ataca-huye, hoy casi todos están obsoletos pero siguen escondidos en las profundidades de nuestras neuronas y en activo. ¿Podemos cambiarlos? La flexibilidad, la plasticidad de nuestro cerebro es tal, que podemos cambiar casi todo lo que nos ocurra. Solamente hace falta motivación para el cambio, disciplina, coraje y constancia para un entrenamiento largo y a veces difícil pero son metas no imposibles de lograr porque otros lo han conseguido antes que yo.

La técnica de transformar el mal hábito en otro bueno es por medio de pasos cortos y recompensas en cada victoria. El cambio no se produce por grandes golpes de timón, que ocurren raras veces, sino por pequeñas pasos que damos todos los días.

Y el cerebro aprende.

lunes, 9 de enero de 2017

Folleto 104

Propósitos de año nuevo



Una vez pasados los días más ruidosos de estas fiestas de Navidad, es buena oportunidad para hacer un recuento de lo que ha sido el año pasado y lo que queremos de este nuevo curso y podemos empezar con tres preguntas;  tome papel y lápiz y apunte las respuestas lo más concretamente que pueda:

1. ¿Qué  me ha salido bien el año pasado?
2. ¿Qué es lo que me ha ido mal?
3. ¿Qué quiero conseguir el próximo año?

Las respuestas no pretenden castigarnos, lo pasado, pasado está, sino hacernos preguntas para mejorar nuestra conducta  la próxima vez que se me presente el problema y prepararme para responder correctamente a lo que no he podido resolver, si es posible.
Una vez que haya dado un vistazo a las preguntas y hecho balance, la respuesta en la que nos vamos a fijar es en la tercera: ¿Qué propósito quiero satisfacer el próximo año?