lunes, 23 de enero de 2017

Folleto 106

Tomarse las cosas como algo personal (I)



Las palabras que pronuncian los otros o incluso las que nos decimos a nosotros mismos, muchas veces nos hieren profundamente. Tienen un gran poder sobre nuestro estado de ánimo, y generalmente nos aconsejan: “No te lo tomes como algo personal” o "no te lo tomes personalmente" y así no lo pasarás tan mal.

Estoy cansado de ver por todas partes esta frase y sin embargo, nunca la he entendido bien, siempre me plantea dudas y problemas. ¿Cómo no me voy a tomar las cosas personalmente? Si un policía de tráfico me dice que pare el coche, ¿sigo a toda velocidad y no le hago caso? ¿No se está dirigiéndose a mí personalmente?  ¿Cuándo me detengan por robar el banco de la esquina (sueño recurrente) le diré al juez que el banquero se lo está tomando demasiado personalmente? Si me suspenden un examen, ¿han suspendido a otra persona? ¿No me lo tomo personalmente? Aquí hay algo que no está claro.

“No se tome las cosas personalmente”, “no le preocupe lo que los demás piensen de usted…” ¡Qué tontería! Somos seres sociales, y lo que los demás piensen de mí es enormemente importante en muchísimas circunstancias: vaya a pedir un crédito o una hipoteca y preséntese delante del que le va a prestar el dinero, oliendo mal, borracho y con un traje sucio y roto…  ¿No le importe lo que piense de usted?  Los nazis pensaban bastante mal de los judíos, los que no se tomaron las cosas personalmente y permanecieron en Alemania terminaron asesinados y exterminados en las cámaras de gas, los que se lo tomaron personalmente y preveían lo que se aproximaba huyendo de Alemania, sobrevivieron… Por supuesto que me tomo las cosas personalmente, por lo menos “algunas cosas”.

Creo que la clave del problema es que la frase tiene un doble significado:

a- No te creas lo que están diciendo. Están equivocados.
b- No critican a la totalidad de la persona, solamente a una parte mínima de ella.

Examinaremos en este folleto la primera parte.

La frase quiere decir que cuando una persona trastornada, dentro de la enorme variedad de personas trastornadas que existen y nos rodean, le diga algo, posiblemente esté equivocada y diciendo tonterías, no se lo crea.

Creo que la frase quiere decir que hay veces que hay que tomarse en serio lo que otra persona te dice y hay veces que no hay que hacerle caso, no sabe lo que dice y en ese sentido es como si no te estuviera hablando a tí. 

Frecuentemente caemos en el error de exagerar, distorsionar y equivocarnos sobre lo que los otros piensan o dicen de nosotros, estamos malinterpretando la realidad y el malinterpretar la realidad, crea sufrimiento. Los budistas afirman rotundamente y dan una gran importancia a la visión correcta, a la interpretación objetiva de la realidad, algo que no es fácil por nuestra subjetividad mal desarrollada e infantil.

Cambie el “No te lo tomes personalmente” por “no tomes por verdad absoluta lo que los demás digan de ti; no te conocen a fondo”.  Si te dicen que eres maravilloso, piensa que ya lo eres, no por lo que te lo digan.  Si te dicen que eres tonto, no les hagas caso: no te conocen a fondo, no pueden entrar en tu cerebro, no son Dios… ¿Te tomas en serio y crees a una persona que te lee el futuro o dices como eres por leerte la palma de la mano?

Si es un borracho el que te habla, si tiene un tumor en el cerebro, si está adormilado ¿Te crees lo que dice? ¿Verdad que no?  Si el niño pequeño te quiere meter el dedo en el ojo, ¿te enfadas? No lo puedes dejar, te dejaría tuerto, pero no te amargas, lo controlas, pero no te alteras.

Puedes elegir estar de acuerdo o no estar de acuerdo con lo que otros afirman de ti. No  creas automáticamente lo que el otro te está diciendo, no te identifiques absolutamente con lo que el otro piensa.

No creas como verdad absoluta todo lo que dice la gente, frecuentemente cuando están enfadados, cuando están desequilibrados, dicen cosas que no son verdad, no deposites sobre ellos tu confianza. No te tomes personalmente las tonterías que a veces digan los demás sobre ti. Todo es una derivación del mal uso del principio de autoridad, creer a rajatabla lo que una persona superior (o no tan superior) piensa sobre la realidad o sobre nosotros. Toda afirmación sobre la realidad debe someterse a crítica, sea la que sea y provenga de donde provenga; de lo humano y lo divino. No importa lo inteligente y sabio que aparente ser el que haga la afirmación. No te creas siempre todo lo que te dicen. Las personas que leen los pensamientos y afirman dogmáticamente sobre  conductas ajenas están introduciendo, sin darse cuenta, termitas y microbios venenosos y por lo tanto  infectando las relaciones entre las personas. No los creas. No lo tomes personalmente.

Es una capacidad que debe ser entrenada, ejercitada, fortificada diariamente; dele las gracias a quien le ponga a prueba, a quien le sirva de entrenamiento; tómelo como una gran oportunidad para controlar sus reacciones y un día llegará a la zona blanca, a la consciencia, donde podrá decir “no” cariñosamente, compasivamente, a las invitaciones,  regalos e insultos de los demás que no le interesen. No se lo tomará personalmente.

Seguiremos con el segundo significado en el próximo folleto.


(*) Imagen de entrada tomada de elmundo.es (Viñeta de Ricardo)

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