Excusas
¿Qué es una excusa? Es un pretexto para escaparse, eludir o evitar una conducta a la que una persona se comprometió y que se le exige, pero no desea realizarla.
No obstante, debe diferenciarse si la excusa es pre-compromiso o post-compromiso. También debe diferenciarse según la cercanía de la persona que pide cumplir el compromiso o de la materia que se trata. Dependiendo de los factores anteriores, esa escapatoria tendrá un carácter más o menos peyorativo y se nos mirará mejor o peor, como a alguien antisocial o como a una rata cobarde y asquerosa.
Como afirma un conocido libro: “Cómo decir NO y no sentirme culpable”, tenemos derecho a decir NO sin sentirnos mal ante cualquier demanda que se nos haga y no deseemos satisfacer; el problema es que somos seres sociales, tenemos que cuidar las relaciones con otras personas y, al mismo tiempo, no tenemos por qué hacer aquello que no queremos. Un difícil equilibrio.
También hay que destacar que, si se ha comprometido con su palabra o firma a una determinada actividad o contrato, la excusa no exime de lo pactado excepto por causa de fuerza mayor (escasísimas ocasiones): terremoto, muerte, tsunami, etc.
Siempre que se ha dado la palabra, hay que cumplir: las acciones siempre tienen consecuencias.
La próxima vez, antes de dar su palabra, piense un poco mejor a qué se compromete y tenga presente que usted es una persona seria y responsable de sus actos.
Las deudas de juego hay que pagarlas. Si no le gusta, la próxima vez no juegue.
Vamos a examinar un poco más de cerca el problema:
¿Qué es un pre-compromiso? Es aquella situación en la que se le hace una petición de conducta ante la cual todavía no se ha comprometido. Ejemplo: una invitación a un acontecimiento social como una boda, despedida de soltero, bautizo, fiesta de disfraces...
Asimismo, pertenece al pre-compromiso el negarse a demandas que uno considera inadecuadas para él: petición por parte de alguien de un préstamo económico que promete devolver rápidamente, petición de contribuir con una cantidad mensual al sostenimiento de la tribu de antropófagos del Kanderstan Sur, petición de formar parte del orfeón de Villaverde del Mar, petición de hacerse miembro del Club Social de Cheyenne o de la asociación “Amigos del KuKluxKlan”, así como emborracharse en una noche loca, tomar drogas, apuntarse para aprender un idioma minoritario por solidaridad con ese país, etc. El campo de demandas y de pedigüeños es inagotable.
En este campo de pre-compromisos, en líneas generales, el ser asertivo y decir llana y literalmente: “Yo NO hago eso”, aunque pueda costar algunas amistades, (que por otra parte no interesa mantener) es lo más sano y liberador.
Las excusas ante invitaciones de bodas y parecidos pre-compromisos explicando que se está enfermo, que se tiene mucho trabajo, que se está de viaje, que se tienen reuniones familiares que coinciden con el acontecimiento, que no se tiene dinero, que no se tiene tiempo, etc., no conducen a nada. Se huele a leguas que uno se está excusando cobardemente. Hay que sopesar detenidamente si merece la pena perder esa amistad o si el coste en sacrificio de tiempo y energía para satisfacer la demanda lo merece. Generalmente, el mantener las preferencias personales caiga quien caiga, rinde muchos beneficios.
Las excusas post-compromiso son mentiras, excepto casos de fuerza mayor (escasísimas) y jamás se deben utilizar, salvo que se busque que se nos tache de mentiroso, persona sin palabra, o indigno de consideración.
Cuando uno se compromete a realizar a una conducta, no hay excusa que valga.
No caiga en la seducción fácil instigada por el “Príncipe de la Mentira” (nombre de Satanás en la Edad Media) de no tener tiempo, mucho trabajo, tráfico intenso, enfermedad de su abuela, muerte de un pariente, etc. Son mentiras: es intentar escudarse tras las circunstancias externas de no ser YO el responsable de la situación.
Sea fuerte, valiente y no se rebaje. Admita que es SU problema. Es la única forma de aprender y de hacer que la próxima vez esta situación no se repita. Es la única forma de poder controlar el obstáculo, porque las circunstancias externas generalmente son incontrolables y se repetirán una y otra vez. Si usted no admite SU error, seguirá responsabilizando de su retraso a la lluvia, al tráfico, al gobierno, a los sindicatos y a cualquier factor externo incontrolable.
Sea honrado y acepte la carga de su pereza, su desorganización y su estupidez y póngale remedio HOY, AHORA. Pero, por favor, no se excuse echándole la causa de su ineficacia a cualquier chivo expiatorio. Es una conducta impropia de usted, es propia de los cobardes. Y usted puede ser cualquier cosa: pobre, tonto, bajo, gordo, feo, pero NO es un cobarde. Es una persona responsable y las personas responsables se diferencian de los que no lo son en que mantienen su palabra.
Esté o no escrita.
En conclusión: manifieste su coraje, no caiga en la trivialidad y no esconda su responsabilidad tras escudos falsos. No se excuse jamás.
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