Matrimonio. Ficha número 1
¿Cómo sé que he elegido o me he casado con la persona adecuada?
Toda relación de pareja tiene dos fases. La primera es la del enamoramiento. Es automática. Si ve a su pareja desde lejos hace que se le acelere el corazón, si le toca un dedo, eso es maravilloso… Le encanta cualquier característica de ella por absurda que sea. Todo es espontáneo y sin trabajo, por eso se denomina “caer enamorado”, es algo que le sucede pasivamente. No tiene que esforzarse en nada.
Pero después de un poco de tiempo, esa euforia desaparece. Cuando ve a su pareja de lejos no se le encabrita su corazón y el tocarse ya no es una novedad, si es que se tocan, y algunas características de su pareja le parecen muy desagradables. Los síntomas de esta etapa varían con cada pareja, pero simplemente usted nota una gran diferencia de cuando estaba enamorado y la actual mucho menos interesante.
Cuando se llega a este estadio nos preguntamos: ¿Me he casado con la persona correcta? Y usted y su pareja puede que comiencen a comparar los comienzos con el ahora y puede que se culpen mutuamente por su malestar y puede que se empiece a mirar fuera del matrimonio para buscar algo distinto a lo que se tiene.
Las compensaciones extramatrimoniales a este malestar pueden ser de múltiples formas. La infidelidad es la más frecuente, pero otras pueden ser el trabajo, la iglesia, una diversión o deporte, una amistad excesiva, la tv o adicciones a substancias tóxicas.
La respuesta a la primera pregunta “¿Me equivoqué de persona?”, es que la solución no está fuera del matrimonio, sino dentro de él.
Puede que realmente un miembro de la pareja se enamora de otra persona, y puede que temporalmente se sienta mejor, pero le aseguro que caerá en la misma dinámica al cabo de un tiempo, porque LA CLAVE DEL ÉXITO DEL MATRIMONIO NO ES ENCONTRAR A LA PERSONA ADECUADA, SINO AMAR A LA PERSONA QUE TIENE AL LADO.
El enamoramiento es temporal, es un “truco” de la naturaleza para que hombres y mujeres se encuentren y se reproduzcan, pero tiene una duración limitada. Después viene el cariño, completamente distinto del enamoramiento pero todavía más fuerte. Y el cariño es cómo una planta que hay que regar, abonar, cuidar y mimar. El cariño no es espontáneo como el enamoramiento, hay que ejercitarlo diariamente y consume tiempo, esfuerzo, imaginación y mucha energía. Y sobre todo: sabiduría para conocer qué es lo que hace que la vida en pareja funcione.
Y no se equivoque, el cariño no es algo que crece misteriosamente, existen actuaciones específicas que cada miembro de la pareja o juntos, pueden hacer para que el cariño aparezca y se desarrolle.
Exactamente igual que existen leyes de la naturaleza como la ley de la gravedad, hay leyes para ayudar a las relaciones humanas, exactamente igual que existe la dieta correcta y los ejercicios físicos correctos para mantenernos en forma, ciertas actitudes en las relaciones hacen al matrimonio más fuerte. Es la relación causa y efecto. Si las conoce y las aplica, como las leyes físicas, los resultados serán predecibles y recrearán el cariño perdido.
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