martes, 4 de octubre de 2016

Folleto 89

Divorcio (II)


El problema más frecuente en la relación de parejas es “La dinámica descompensada de la relación”

¿Qué es eso?

Existen principalmente (un 60% de las dificultades en pareja) dos tipos de relaciones peligrosas cuando son más o menos extremas y que denominamos “dinámica de la relación”:

1. Una de las personas es agresiva, hostil, dominante, continuamente quiere imponer su punto de vista sobre la otra persona. Es hiriente, cualquier cosa que haga su pareja y no esté de acuerdo con “su” criterio de cómo debe ser el mundo origina una queja, un enfado, un mal ambiente. Está pinchando, dando navajazos o grandes lanzadas, según sea la gravedad de sus críticas y quejas, a su pareja con frecuencia. Tiene una memoria de elefante para los errores pasados de la otra persona… hasta de hace veinte años, y los trae a la palestra cuando se molesta. Siempre tiene que tener la última palabra y por supuesto, tener razón y derrotar al otro.

2. La otra persona es pasiva, dependiente del primero, no le gustan las discusiones y es capaz de “tragar” las críticas más desagradables con tal de no comenzar una batalla; evita los conflictos, no quiere los enfrentamientos, pero la olla se va llenando y un día explotará fuertemente.

Los dos extremos son disfuncionales, erróneos en el funcionamiento de la pareja.

A veces los dos miembros son agresivos o dependientes, pero lo más frecuente es que uno sea agresivo y el otro dependiente.

En sus problemas de relación ¿Cuál es su dinámica de pareja? Advertir donde se localiza la dificultad principal es un buen comienzo para solucionarla.

Le propongo que conteste a las siguientes preguntas:

EJEMPLO:

Identifique el  sentimiento de la pregunta (“a” o “b”), subráyelo y cuantifíquelo  del 0 al 100.
0 significa nada.  100 significa lo más alto.
¿Cómo calificaría a su pareja en la relación?
(a) Agresivo, hostil (hiriente), dominante Cantidad:  60
(b) Pasivo, dependiente, evita conflictos   Cantidad:  -
               


PREGUNTAS:
1. ¿Cómo calificaría a su pareja en la relación?                                  
(a) Agresivo, hostil (hiriente), dominante Cantidad: ….
(b) Pasivo, dependiente, evita conflictos   Cantidad: ….

2. ¿Cómo se calificaría a sí mismo en la relación?                            
(a) Agresivo, hostil (hiriente), dominante Cantidad: ….
(b) Pasivo, dependiente, evita conflictos   Cantidad: ….

3  ¿Cómo cree que le califica su pareja?
(a) Agresivo, hostil (hiriente), dominante Cantidad: ….
(b) Pasivo, dependiente, evita conflictos   Cantidad: ….

4, ¿Cómo le gustaría que le calificasen  
(a) Agresivo, hostil (hiriente), dominante Cantidad: ….
(b) Pasivo, dependiente, evita conflictos   Cantidad: ….

Si la cantidad se aleja significativamente del cero, tiene un problema. Una vez detectado la dificultad procure introducir unas normas básicas para cambiar la dinámica y convivir razonablemente en pareja (o en la vida con otras personas).

NORMAS BÁSICAS:

1. Para el Agresivo dominante: No corregir a la otra persona todo el tiempo. No criticar todo el tiempo (su conducta, trabajo, ganancia, familia, etc.). Les darán ganas a la otra parte de marcharse y no volver nunca más. Puede que el dominante tenga algo de razón, pero también puede que su criterio de actuación no sea infalible ni universal. De todas maneras, las críticas constantes no solucionarán los problemas.

2. No enfadarse con los fallos; no ser una continua plañidera de quejas, llantos y recuerdos del pasado equivocado. Alguien inteligente dijo: “se aprende de los errores”. ¡Estamos de acuerdo!

3. ¡No hay que correr! Aprender lleva tiempo. Hay que intentar relajarse.

4. Para el pasivo dependiente: Exprese sus sentimientos con delicadeza, dialogue, llegue a acuerdos, cúmplalos, respete las diferencias razonables. No se deje avasallar.

5. Es normal cansarse o perder interés en la relación. Busque nuevas metas interesantes para ambos.

6. No pasa nada por ser un poco caótico. Es mucho más divertido. Introduzca mucho humor y cariño (ayude, haga favores, esté a su lado cuando le necesite).

Seguramente si lo intenta la dinámica de la relación mejorará.
¿Y qué puedo hacer si el otro miembro de la pareja no cumple sus compromisos, no quiere dialogar, y una y otra vez se mete en problemas por su infantilismo? ¿No debo llamarle la atención una y otra vez?

Lo examinaremos en el próximo folleto.

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