domingo, 20 de noviembre de 2016

Folleto 97

Postergar (II)



Coloquialmente, la fuerza de voluntad se mide por la carencia de acciones postergadoras y la permanencia en seguir una meta. La falta de fuerza de voluntad se mide por la cantidad de veces que postergamos acciones que deberíamos haber hecho en su momento oportuno o por abandonar metas racionales.

Cuando se vence la postergación adquirimos una sensación de control sobre nuestra vida aumentando nuestra autoestima y el día que se diga a sí mismo:”odio hacer esto, no tengo ganas, no se me apetece, pero tengo que hacerlo, así que lo mejor es que lo haga ahora mismo y de este modo me lo quito de encima”, se liberará de la sensación de culpa y tensión causadas por el aplazamiento.

Una de las características que explica la diferencia entre triunfar o fracasar en cualquier actividad es superar el principio del placer (solamente hago lo que se me apetece ahora) y ser capaz del esfuerzo que supone afrontar y ejecutar acciones desagradables a corto plazo pero muy enriquecedoras a largo plazo. La habilidad de luchar contra la gratificación inmediata, o sea de retrasar la recompensa, es un factor muy importante de la personalidad y marca la diferencia entre las personas  productivas y las que no lo son.

Algunas sugerencias para superar la dificultad de postergar:

1. Mentalmente debemos tener presente que el temor a realizar una tarea consume más tiempo y energía que la tarea en sí. Muchos asuntos que aplazamos durante días, meses o incluso años no llevan más de media hora de trabajo real.

2. Técnica de los dos minutos: Si lo que tienes que hacer te lleva menos de dos minutos efectuarlo, hazlo inmediatamente. Si supera este tiempo anótalo en tu agenda especificando claramente el día y la hora.

3. Divide cada tarea en tramos pequeños abarcables.

4. Elabora listas de cosas por hacer, y ve tachándolas a medida que las termines.

5. Haz a primera hora de la mañana la tarea menos placentera.

6. Distribuye tus actividades en función de tu ritmo biológico. Piensa en qué momento del día tienes más energía mental, cuándo tienes más energía física, cuándo te sientes más sociable y cuándo te sientes agotado. Actúa en consecuencia.

7. Comprométete a trabajar un mínimo de tiempo en alguna tarea que no te apetezca (limpiar, estudiar, gimnasia, etc.) –por ejemplo cinco o diez minutos– y cumple el pacto.

8. No esperes a tener ganas para empezar a actuar.

9. Date alguna recompensa después de haber actuado aunque sean dos minutos.

10. Establece objetivos. Puede parecer que no has alcanzado tus objetivos por tu hábito a postergar, pero a lo mejor es que ni siquiera te los has marcado. ¿Conoces cuáles son tus intereses, preferencias, valores y necesidades?

11. Busca apoyo. No te avergüences por ello.


Una forma más elaborada para superar la postergación es seguir el programa que se señala a continuación. Es una técnica muy potente cuando se ha ensayado repetidas veces y aprendido de memoria. Al principio es bueno hacerlo con un papel y lápiz, una vez dominada se hace mentalmente.
Está descrita como un programa de flujo (un punto detrás de otro) pero solamente es aparentemente complicado.

Programa:
1. Concretar el hecho que tengo que hacer.  (Hacer la cama, lavar los platos, estudiar, etc.)
Continuar el programa (ir al siguiente punto)

2. (Indiferencia práctica a los gustos y deseos;  Campo de examen: sensorial, sentimental)
Me gusta: Si – No.  Continuar el programa  (Es indiferente que me guste o no)
Lo deseo: Si – No.  Continuar el programa  (Es indiferente que lo desee o no)

3. (Campo de la Inteligencia: pros y contras)

¿Es bueno para mí? ¿Lo necesito? 
No. Fin del programa. (Nosotros no hacemos eso)
Si. Continuar el programa

¿Es bueno para los demás? (Inteligencia: pros y contras)
No. Fin del programa. (Nosotros no hacemos eso)
Si. Continuar  el programa

¿Es bueno o indiferente para el ambiente? (Inteligencia: pros y contras)
No.  Contamina. Fin del programa  (Nosotros no hacemos eso)
Si. Continuar el programa

4. ¿Puedo físicamente hacerlo?
No. Fin del programa. (No puedo físicamente hacerlo)
Si. Continuar el programa

5. ¿Es oportuno hacerlo?  ¿Es un momento adecuado?
No. Concretar día y hora en que sea oportuno. Fin del programa.
Si.  Continuar el programa

6. He superado afirmativamente todas las preguntas y por lo tanto:
¡QUIERO HACERLO AHORA!
(Decisión Consciente y firme. Voluntad de hierro)
Continuar el programa

7. Puedo hacerlo y lo haré ¡AHORA!  ¡NADA ME LO PUEDE IMPEDIR!
Fin del programa


(Para los perfeccionistas: Ante las catástrofes que nos rodean  o grandes problemas que nos quitan las ganas de hacer algo, no intentaré que mi acto sea perfecto, sino que la situación en general o particular  es menos mala si yo hago un poco, aunque no sea perfecto.
Para personas religiosas: Con la ayuda de Dios lo haré ahora.  Oración: Estoy trabajando para el despliegue del propósito divino en todo el universo. Sirvo al Reino. Abro senderos. Preparo caminos  Trabajo para Dios, colaboro con Dios, soy embajador de Dios).

En el próximo folleto seguiremos un poco más con este tema profundizando sobre  algunas ideas falsas que subyacen a la conducta de postergación y que nos pueden ayudar a vencer este mal hábito.

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