Nuncentrismo
Los humanos tienden a exagerar la importancia de sus vidas, del tiempo en que le ha tocado vivir, de su nación, de su raza, de su cultura, de su equipo de futbol, de su religión, etc., etc.
José Antonio Jáuregui tiene un curioso libro
“Las reglas del juego”, donde examina nuestra conducta, desde vestirnos hasta la forma de comer, religión, costumbres, etc., y examina la importancia que damos a nuestra tribu en competencia con las demás tribus del mundo: Esto se llama etnocentrismo y tiene múltiples variables como antropocentrismo, eurocentrismo, etc., centrismos que se reducen a: yo y mi tribu somos el centro del universo, los elegidos por los dioses, los demás y sus costumbres no se pueden comparar con las nuestras, sus características son peores o raras y estrafalarias.
“España es la mejor”, como canta Manolo Escobar. No hay nada como la democracia o la forma de vida del mundo occidental, o la sociedad de mercado o la comunista, anarquista, socialista, monarquía, república, etc. Los nacionalistas extremos son otro ejemplo más de la distorsión cognitiva tribal del
“somos diferentes y mejores”. En definitiva, una variante del trastorno narcisista de la personalidad pero a escala tribal.
Otra variable de este narcisismo lo podríamos denominar
“Nuncentrismo” del latín
nunc: ahora. Como este momento, como ahora, no hay otro igual en la historia de la humanidad. Este es el periodo de la historia de más violencia, de mayor sexualidad, menos religioso, mayores problemas de emigración, de peor gobierno de la nación, de personas más egoístas y corruptas, de, de, de…